Memorias pre-navideñas: El 2005, hacía frío pero no tanto. Una amiga de padre católico y madre judía me invitaba a pasar la Nochebuena con su familia. Esta era mi quinta Navidad fuera del Perú.
Port Washington, Long Island, 24 de diciembre de 2005
No hace frío. Regresando de Port Chester, de mandar dinero a Lima, de olvidarme tres veces la misma caja de vino alguien se queja detrás mío en la cola subiendo las escaleras de Fordham «I want the Fucking Snow, this is Christmas». Navidad sin nieve y todos felices. Demasiado calor diría yo así que el abrigo está de más. Almuerzo con Francisco en Chinatown, Mamadou no ha querido despertarse. El huarique que recomendó Francisco no es bueno. Te lanzan las servilletas, te sirven tarde la comida, cortan los tallarines de la lasagna. Ni más. Compro algunos detallitos en Mulberry, un cajoncito bacán para Stephanie, incienso que nunca está de más. Me iba a comprar la espada de Kill Bill. Está por todos lados. La mejor era una de acero fintero por quince dólares. El mueble de madera también está fintero. Walter…
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