Pasa por la calle y encuentra un revólver. Encuentra un revólver y dispara. Dispara y empieza a correr. Al final, agotado, miras el humo que sale del cañón. Piensas en esa calle y en ese revólver.

Te la has encontrado y conversas. Has conversado y la besas. La has besado y le has dicho cuanto la deseas. La has deseado y la has tocado. La has tocado y has entrado en ella. Piensas en ella, en esa calle, en esa cama y en ese revólver.

Las nubes tienen forma de animales. Miras una nube que se cruza y piensas en los millones de hombres y mujeres que comparten contigo instantes como aquél. Son animales sanos e inocentes, que como todos nosotros, a veces lllegamos demasiado tarde al último rollo pero luego descubrimos que mejor, que estamos muy temprano para el siguiente…

Sentado en una máquina del tiempo, analizas el presente. Tienes sólo una semana. Tal vez dos, nunca lo suficiente.

Una semana para volver a llegar y empezar a poner nombres…