Amo el poder. Desciende desde mi columna y palpita en la punta de los dedos con los que escribo mis órdenes, en la garganta con la que las grito, en mis pies que hacen fuerza contra el suelo mientras hablo. Amo todo el aparato del poder.
Amo el poder. Desciende desde mi columna y palpita en la punta de los dedos con los que escribo mis órdenes, en la garganta con la que las grito, en mis pies que hacen fuerza contra el suelo mientras hablo. Amo todo el aparato del poder.