El comercial salió en junio y los votantes en noviembre decían que era casi el único que recordaban.

En el imaginario popular, tal vez no hay imagen más terrible que la del asesino que te obliga a cavar tu propia tumba. Es una escena que hemos vista repetida en la literatura y en la cinematografía ya sea con mafiosos, con nazis o con sicarios del narcotráfico.

Las últimas elecciones usaron esta misma figura para posicionar a uno de los candidatos en la mente de los votantes, con excelentes resultados.

La periodista Jane Mayer, en la edición más reciente de la revista The New Yorker, escribe sobre la efectividad de un anuncio publicitario que salió en junio de este año en los canales de televisión de Ohio y que sirvió para posicionar a Mitt Romney como enemigo de la clase trabajadora.

Del universo de votantes entrevistados después del proceso electoral en noviembre, más del cincuenta por ciento mencionaba recordar «muy vívidamente» la historia de Mike Earnest, contada en un comercial de 30 segundos.

Earnest trabajaba en una planta papelera en Indiana. Un día, sus empleadores le pidieron a él y a otro grupo de empleados, que levantaran un gran estrado de casi 10 metros de ancho. Una vez levantado, los empleadores pidieron que los trabajadores de la planta, los tres turnos, se formaran frente al estrado. Allí apareció un grupo de representantes de Bain Capital–la compañia de capitales que dirigía Mitt Romney, famosa por comprar empresas, reorganizarlas y luego revenderlas con un gran margen de ganancia–para anunciarles que la fábrica se clausuraba y que todos los trabajadores estaban despedidos.

«Mitt Romney ganó más de 100 millones de dólares al cerrar  la planta papelera; al mismo tiempo que destruía nuestras vidas. Así que cuando levanté ese estrado, fue como si hubiera fabricado mi propio ataúd. Pensar en eso me enferma.»

Se me ocurre sólo un ejemplo de aviso de campaña política publicitario tan efectivo. Es aquel famoso anuncio aprista, utilizando imágenes de Pink Floyd, para criticar las políticas del Shock del FREDEMO. Aquel anuncio atacaba el temor de los peruanos al cataclismo de la subida de precios y el despido masivo con la misma efectividad que este anuncio describía a Romney como un «enterrador», un mercenario del capitalismo.

Earnest cuenta que consiguió trabajo reparando maquinaria para Chrysler y que ahora está jubilado.»El señor Obama nos dio a mí y a Chrysler una segunda oportunidad. Me siento muy satisfecho con ese comercial. Yo sólo dije la verdad. Tal cual».