Sábado, 6:30 am. Otra vez parados en el borde de la pista, saludando a los socios, los invitados. A hurtadillas dos sánguches de huevo con tocino. Rutina. Gaseosas. Comida. Tres fiestitas en ambos salones. El billete doblado, extra, los cien cocos de la semana. Por la noche dos Coronas. Tres. Yayo y su banda en Mamaroneck. El dolor de cabeza se ha ido, previo chilcano en el Acuario. La boca de ella es caliente, chica. Otra vez, en penumbras, mientras corre el agua. Soda Stéreo en concierto, la voz de Beto el de La Ley, Sexo de Los Prisioneros, el showman se sube y mira a la multitud. Botan un borracho que causa problemas. La gordita. El teléfono y la mandada a la putamadre. Solo me he inclinado y ella ha abierto la boca. He sentido sus labios. Otra vez.