Tendremos en Palacio de Gobierno en Lima, a partir del 28 de julio, a un presidente de izquierda. Con asesores de izquierda y con masivo apoyo popular (en algunas regiones más pobres más del 70% de los votos)

Ahora veremos si ha llegado a la presidencia solo un aventurero o es que la izquierda peruana aprovecha su oportunidad de incorporar a la sociedad y a la economía a los que nada tienen, acortando las brechas sociales. Que no deje de promover la inversión extranjera, pero modificando las leyes laborales para que todos los peruanos tengan un trabajo digno, con leyes justas y estabilidad laboral. Ahora veremos que tanto de Lula da Silva tiene Ollanta Humala.

A trabajar por el Perú, a buscar puntos de concertación. A vigilar a los que se suben al carro con oportunismo, a los que siempre entran a robar. El pueblo peruano no se ha equivocado. Entre la hija de un dictador y el cambio, ha escogido el cambio. Esperemos que el cambio sea lo que necesitaba nuestro país.