Levanta las patas el caballo y caigo al agua
Chapucea mi orgullo
Regreso al pueblo con las nalgas mojadas

Hay un tren con apellido fulminante
Demora treinta y cuatro horas en llegar al Brasil

Cada noche jugábamos a las cartas
Suena a risa nuestra partida: Telefunken

Corriendo entre las ratas y los acantilados
Debajo del puente se ve mejor el mar

Crecimos los tres bajo el mismo techo
Sosteniendo una botella de vino
Undurraga, helada, brindamos bajo el mismo cielo

Hay tres caballos en mi sueño
y treinta algas amarradas a la cornisa
Cuatro lapas agachadas
esperando la marea alta

Solitaria lagartija que pierde la cola
entre la arena que quema y sandalias abandonadas
la fruta podrida escondida
debajo de la cama.

Hilachas de paja que marcan la hora
Descalzo, de casa en casa, busco comida
Me señalan la casa sobre la plaza:

Corre, lleva tu plato. Han hecho sopa de choros.