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Publicado en la página 7 de The Bronx Journal. Homenaje personal, con cachita a Shakespeare. No hay truco. Cada obra es mejor que la anterior. Releo a Hamlet y me gusta más que antes. Pero Iago es el personaje más interesante de todos. Todavía recuerdo como se revolvían las tripas leyendo Otelo y al pobre moro devorado por los celos. Y Emilia que grita y Iago que calumnia. Y la pañoleta. Y Cassio ensangrentado. Pero si nunca le hice nada. Siempre le fui fiel. Iago. Hazlitt opina que hace Iago más daño cuando no está haciendo daño. Cuando no tiene su mente tramando algo. Las inconsistencias del tiempo en realidad son dos tiempos. El racismo en tiempos de Shakespeare, hay una larga historia de racismo en la crítica de Otelo. Desde Coleridge hasta Bradley. Bradley opinaba que poner a un negro a hacer de Otelo era repulsivo para el público. Que mejor poner a un morenito. La he publicado, Mr. Dunbar la ha leído y en clase solo ha dicho un parco «I liked it» que ya es bastante.
El título proviene del discurso de Henry V, la arenga a sus soldados antes de la batalla contra las franceses en Agincourt, donde ganan los británicos y se apoderan de casi un tercio de Francia. Si no hubiese muerto joven y su hijo no hubiese sido un inepto los reinos de Inglaterra y Francia hubieran tenido grandes posibilidades de unificarse. La frase sobre la piedad es el discurso de Portia, disfrazada, frente al Duque de Venecia, cuando tiene que defender su teoría, disfrazada de abogado, y salvar a Antonio de la ira de Shylock.
And this is the winter of our discontent, es la primera frase de Richard III, luego de la coronación de su hermano, antes de empezar toda la serie de asesinatos que lo llevarán hasta la corona. Otra frase famosa es la que pronuncia al final de la batalla, cuando lucha ensangretnado solo con su espada y casi derrotado: «A horse, my kingdom for a horse»