>
Desde que me he mudado al Bronx casi no piso Brooklyn. En el BAM están dando una muestra de cine brasileño y esta película clásica de Nelsón Pereira, rodada en los 70s casi totalmente en el idioma de los nativos topis. La trama básica es que un francés, a merced entre las guerras de nativos contra los colonizadores portugueses en el siglo XVI, es capturado por una tribu de indios caníbales. Confundido con uno de los portugueses, aunque nadie quiere darse cuenta que el tipo no habla ni un pepino de portugués, es puesto a trabajar y se le concede la esposa de un guerrero que ha sido asesinado por los portugueses. Los dioses le dan ocho meses de vida durante los cuales el francés llega a aprender el idioma y las costumbres de los topis. Incluso llega a pensar que se ha ganado su derecho a la vida. Sin embargo, tras ocho meses de rica vida con la esposa y apacibles tardes de hamaca tumbado al sol, su esposa le recuerda con una flecha bien lanzada, que no puede pretender escapar a su destino y que tiene que enfrentarse con coraje a su suerte. El jefe incluso ya le ha asignado a ella el cuello del francés. Lo matan, se lo comen. Y los ojos de la esposa captados en primer plano, mientras devora algo con la música de fondo de los ritos tribales, nos recuerda que la carne humana también se come.
A Stephanie le ha parecido una peli demasiado rara, además que no ha practicado nada de portugués. Pero en general le ha gustado. Yo esperaba algo distinto, no un encuentro con los canibales. Viene a pelo ahora que estoy leyendo La Tempestad , en la que Caliban, el antropófago de la isla juega uno de los papeles principales en la obra de Shakespeare. He quedado con ella para ver Días de Santiago. Y me ha confirmado la invitación para Camilo y Paco de pasar la Navidad en Port Washington con su familia.