Ha sido un largo fin de semana, con trabajo de viernes a domingo. Un breve descanso el lunes 4 hasta las 3 que me he encontrado con Miki para regresar a trabajar en Knollwood. Me he devorado el pato del Bamboo Garden y ha empezado el ajetreo de los autos hasta bien noche. He llegado como a las 2 a la casa y me ha sorprendido ver que con una canasta sobre el poste de luz, la gente de la cuadra jugaba basquetbol.
Sigo leyendo el libro de la La guerra del fútbol de Kapuscinski, se ha terminado la parte que narra sus historias en África y ha empezado su historia en Latinoamérica y la guerra entre Honduras y El Salvador.