Siempre me pareció que hubo puntos que no quedaron muy claros en el asunto de la toma de la residencia del embajador japonés en Lima, el 17 de diciembre de 1996.
Por ejemplo, si la crema y nata de la política peruana estaba reunida esa noche ¿Por que no fue a la reunión Alberto Fujimori? (si su madre y su hermano estaban entre los invitados). Si Vladimiro Montesinos estaba tan al tanto de los tejes y manejes del narcotráfico y de la lucha antiterrorista ¿Cómo es que no supo nada del plan del MRTA?¿Qué tanto se divertían los invitados en la residencia que nadie se dio cuenta de lo que pasaba hasta que ya fue demasiado tarde?¿De dónde le vino la inspiración al presidente para el famoso túnel por donde entraron los comandos del ejército?
En esos meses de angustia porque los emerretistas no cedían, había llegado a Lima la súper modelo alemana Claudia Schiffer (en ese entonces comprometida con el ilusionista norteamericano David Copperfield). Una tarde escuché una noticia acerca de un posible encuentro entre Fujimori y la Schiffer. Me fui a dormir la siesta y ahí tuve una epifanía: aparecieron ordenados con claridad los eventos que comenzaron en la noche de la toma y desembocaron en esa famosa operación de rescate el 22 de abril de 1997. Dibujé aquello que la providencia me dictó y que es lo que ustedes verán a continuación.
La historieta que mereció una mención honrosa en el concurso nacional de historieta Calandria de 1997 era de sólo 4 páginas. Lo que ven ahora es una versión mejorada y ampliada a 8 páginas que debió aparecer en la revista 4 de RESINA. Resinoso apetit.
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