¿Recuerdan a ese deportista que se mató chocando contra el poste de un tobogán en las olimpiadas de invierno en Vancouver? A veces la muerte llega así, absurda e inesperada. Otras veces se aparece como si fuera un final triste pero adecuado para una buena película y eleva a ciertos seres humanos a la categoría de ídolos. De eso se trata este documental llamado «Senna».
Nunca ha sido fanático del automovilismo. Claro, como todo niño limeño con tiempo libre los fines de semana, pasé muchas horas frente a las transmisiones en vivo de los Grand Prix de Fórmula Uno. Fue a través de aquel programa de televisión que cambiaba de número con los años (Auto 82, Auto 83, Auto 84, etc, etc). Ya de adolescente–en Río, en Sao Paulo, en Curitiba y en Porto Alegre–fui testigo cercano del fervor de los brasileños por su compatriota corredor de autos. Sin embargo, solo después de ver este documental, pude entender por completo como se tejió esta leyenda, esta especie de James Dean verde y amarillo.
Ayrton era el más veloz y el más querido. Senna creía en el Brasil y en Dios, y no le daba vergüenza hablar en público de su fe. Mientras su archirrival Alain Prost no sabía cómo ocultar su envidia hacia un joven mucho más dotado en la pista y más transparente, Ayrton Senna rompía los cronómetros y–confiado en sus capacidades–no se callaba para criticar el ego y la política de quienes dirigían el automovilismo.
Se entregaba a su carrera sin ponerle condiciones, confiando en que cuando alcanzara cierta edad se retiraría y disfrutaría agradecido de su fama, de su dinero y de su tiempo libre. Acostumbrado al amor de la gente, al calor del Brasil, él podía ver o escuchar a Dios mientras saltaba ágilmente las olas del Atlántico o mientras conducía en una carrera de Grand Prix.
¿Aún hay deportistas así? Senna se desmaya dentro de la cabina de su auto al terminar de correr el GP de Grandes Lagos. Tenía que ganar. Era un profeta en su propia tierra. «Es lo único bueno que tenemos en el Brasil» dice una de sus admiradoras entre lágrimas. Casi veinte años después de su muerte este documental termina de cimentar la leyenda, acercándonos a un hombre que lo pudo hacer todo y lo hizo todo. De eso se trata «Senna».
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