La idea era reunir a un grupo de personas para leer y conversar sobre la obra más importante de Cervantes. Hace algunos días revisaba unos ensayos en los que el autor especulaba acerca de que los españoles hayan endiosado a Cervantes olvidándose de Quevedo. La imagen de España hubiera sido muy diferente si en lugar del manco los españoles hubieran escogido al desfachatado Quevedo. Borges argumenta que el problema con Quevedo es que no llegó a crear ningún personaje inolvidable. Es cierto que son deliciosos y perdurables algunos de los personajes de La Vida del Buscón, pero ninguno de ellos alcanza la desgarbada talla del caballero Alonso Quijana.

 

Camilo es el encargado de la charla magistral y yo soy nombrado el empresario encargado de la logística. Fijada la hora a las 7 de la noche en el Graduate Center de la Quinta Avenida y con cuatro deserciones de último minuto, mi labor como empresario se puede clasificar como de moderado fracaso. Solo somos cuatro (incluído Camilo) pero la clase prueba lo que tenía que probar: Camilo tiene que hacer más seguido este tipo de reuniones, tiene talento como maestro y, se puede juntar a un grupo de personas con cierto interés por la literatura si la clase es didáctica. Un grupo de feministas que se reunen en una sala contigua nos regala un poco de vino rumano, Yini trae unos bocaditos y queso. Rachel trae su atención y sus historias sobre el viaje que acaba de realizar a Lanzarote, una de las islas del archipiélago de las Canarias. Las fotos y los videos están muy buenos. Hay una puesta de sol espectacular y unas imágenes fabulosas de este paisaje volcánico declarado patrimonio mundial de la humanidad. Un artista llamado Manrique ha dedicado su vida a cubrir la isla con monumentos que preserven la belleza de la isla de la acción depredadora del turismo. Y lo ha conseguido. Me quedo con el video de Rachel y Pilar bailado vallenato al amanecer, en un paisaje desértico donde se puede ver el mar al fondo y escuchar el sonido del viento furioso soplando al lado de la música. Me hace recordar los amaneceres en Silaca, cuando desembarcaba del Ormeño a las 6 de la mañana para bajar por el enrevesado caminito de tierra colorada hasta el pueblo de la playa. El olor de esas mañanas nunca lo olvido. Camilo dice que la charla le ha refrescado recuerdos de su experiencia con el grupo de lectura de la Comedia en Lima. Una lectura dirigida todas las semanas, durante dos años, es un lujo que no se repite muy seguido.

 

Sandra escribe un mail diciendo que se le hizo tarde, a Héctor y su amiga se les hizo tarde y estaban un poco lejos. Stephanie recordó una reunión que ya tenía programada. Paola parece que no leyó el correo. De la lectura me quedo con la biografía del Quijote, que en algunos aspectos me hace recordar al triste peregrinaje del Buscón. La ironía de Cervantes está cada dos líneas pero es obvio que se debe leer una edición anotada sino muchos de los chistes se pierden. La chica de los lentes de Saint Marks le dice a Camilo que le gustaría aprender español. A mí me enseña el CD con la lectura de TS Eliot de La tierra baldía (También están Miércoles de ceniza, La canción de amor de J. Alfred Prufrock, Sweeney Among the Nightingales y Journey of the Magi). Pero estoy quebrado, mis últimos centavos se han ido en la impresión de la Guía, que al parecer ya está pasando aduana para embarcarse a EEUU. Por eso solo la rodaja de pizza con su Snapple de Green Tea. Y antes de dormir unas cuantas páginas de Lord Jim, que estoy leyendo muuy lentamente. Rachel me regaló un marcador de libros de Ghana. Antes de apagar la luz lo he dejado en la página 89.