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The New York Street

Un blog lleno de historias

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Lord Jim

Mr. Shakespeare


Recuerdo mi primera clase de Shakespeare con el profesor Dunbar hace poco más de un año: «No les voy a pedir que recuerden ninguna fecha más que estas dos. La del nacimiento y la muerte de Shakespeare: 1564-1616.

Luego, durante el semestre, nos preguntaba regularmente. ¿Cuándo nació William Shakespeare? ¿Cuándo murió William Shakespeare? No se sabe a ciencia cierta el día de su nacimiento, sólo queda el acta de su bautizo el 26 de abril de 1564. Pero sí se ha registrado el día de su muerte. Un día como hoy: 23 de abril de 1616.

Recuerdo mi primera lectura de Hamlet. Y la emoción al leer, por primera vez, en inglés, el famoso párrafo donde el príncipe se pregunta: To be or Not to Be? That is the question…

Lo que no sabía y que recién me enteré ese dia, es que de todo el párrafo, lo menos importante son esas palabras. Es mucho más trascendental lo que sigue a esa pregunta:

¿Ser o no ser? Esa es la pregunta ¿Qué es más noble para el espíritu? ¿Sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?

Dunbar, un experto en Byron, declamaba frente a la clase el discurso sufriente de Shylock, enfrentando a la corte que lo presumía lleno de prejuicios y de rabia, reclamando su derecho a quitarle la vida a Antonio. Y sus quejidos eran tan reales como los de las páginas de Shakespeare. Todavía recuerdo mejor el discurso de Dunbar que el de Al Pacino con la boca desagradablemente reseca, reclamando el corazón de Jeremy Irons en la versión cinematográfica de El Mercader de Venecia.

No creo que haya mejor versión de El Rey Lear que Ran de Kurosawa. Vi primero la película. En ambas me sorprende Shakespeare, en ambas está lo peor del hombre, toda la energía desatada por la codicia, por el resentimiento y la soberbia del padre que no acepta las críticas de la hija, aquella que resulta ser la única que lo quiere.

Descubrí a Shakespeare también en Bergman. Fanny y Alexander, una de sus mejores películas, es un largo homenaje a Hamlet. Su fantasma se ve tan bien en los ojos de Alexander como se ve en la representación de Lawrence Olivier.

¿Y el largo soliloquio de Olivier en Ricardo III? Acababa de leer Bomarzo y tenía todavía en la cabeza el recuerdo del giboso duque. ¡Qué magnífico retrato de Ricardo III! Siempre recuerdo como esos ojos malditos se mezclaban con la voz de Dunbar, solicitando la muerte de todos los que podrían traicionarlo. La llegada del invierno siempre me trae la voz de Olivier diciendo: This is the winter of our discontent.

¿Y el discurso antes de la batalla en Henry V? «We happy few, we band of brothers» No toda Inglaterra está ahora con nosotros, pero sintámonos privilegiados hermanos, porque éste es el momento más glorioso de nuestras vidas.

En Shakespeare se hace permanente referencia a las comidas. Las cenas cumplen un papel importantísimo en sus obras. Igual que la música. Ningún personaje al que le guste la música en una obra de Shakespeare puede ser un villano. Desde Comedy of Errors hasta la preciosa representación que vi en Central Park con Carolina de As You Like It.

Hablando de villanos, no hay sujeto más asqueroso en la literatura que Iago. Aún puedo evocar la mala sensación en el vientre cuando leía sus líneas en Othello. Shakespeare crea a uno de sus mejores personajes en esa criatura vil, que es una mezcla de lo peor de las peores características de los seres humanos. Con descarada sencillez, Iago pone a trabajar su mente retorcida y encamina los celos de Othello hasta transformarlo en un monstruo.

Creo que el único que ha utilizado la maestría de Shakespeare para crear un villano tan redondo es Joseph Conrad. En pocas líneas, Conrad transforma al total desconocido Gentleman Brown en enemigo de Lord Jim y en el más repugnante de los villanos de la historia de la novela inglesa.

El Quijote del Bronx


La idea era reunir a un grupo de personas para leer y conversar sobre la obra más importante de Cervantes. Hace algunos días revisaba unos ensayos en los que el autor especulaba acerca de que los españoles hayan endiosado a Cervantes olvidándose de Quevedo. La imagen de España hubiera sido muy diferente si en lugar del manco los españoles hubieran escogido al desfachatado Quevedo. Borges argumenta que el problema con Quevedo es que no llegó a crear ningún personaje inolvidable. Es cierto que son deliciosos y perdurables algunos de los personajes de La Vida del Buscón, pero ninguno de ellos alcanza la desgarbada talla del caballero Alonso Quijana.

 

Camilo es el encargado de la charla magistral y yo soy nombrado el empresario encargado de la logística. Fijada la hora a las 7 de la noche en el Graduate Center de la Quinta Avenida y con cuatro deserciones de último minuto, mi labor como empresario se puede clasificar como de moderado fracaso. Solo somos cuatro (incluído Camilo) pero la clase prueba lo que tenía que probar: Camilo tiene que hacer más seguido este tipo de reuniones, tiene talento como maestro y, se puede juntar a un grupo de personas con cierto interés por la literatura si la clase es didáctica. Un grupo de feministas que se reunen en una sala contigua nos regala un poco de vino rumano, Yini trae unos bocaditos y queso. Rachel trae su atención y sus historias sobre el viaje que acaba de realizar a Lanzarote, una de las islas del archipiélago de las Canarias. Las fotos y los videos están muy buenos. Hay una puesta de sol espectacular y unas imágenes fabulosas de este paisaje volcánico declarado patrimonio mundial de la humanidad. Un artista llamado Manrique ha dedicado su vida a cubrir la isla con monumentos que preserven la belleza de la isla de la acción depredadora del turismo. Y lo ha conseguido. Me quedo con el video de Rachel y Pilar bailado vallenato al amanecer, en un paisaje desértico donde se puede ver el mar al fondo y escuchar el sonido del viento furioso soplando al lado de la música. Me hace recordar los amaneceres en Silaca, cuando desembarcaba del Ormeño a las 6 de la mañana para bajar por el enrevesado caminito de tierra colorada hasta el pueblo de la playa. El olor de esas mañanas nunca lo olvido. Camilo dice que la charla le ha refrescado recuerdos de su experiencia con el grupo de lectura de la Comedia en Lima. Una lectura dirigida todas las semanas, durante dos años, es un lujo que no se repite muy seguido.

 

Sandra escribe un mail diciendo que se le hizo tarde, a Héctor y su amiga se les hizo tarde y estaban un poco lejos. Stephanie recordó una reunión que ya tenía programada. Paola parece que no leyó el correo. De la lectura me quedo con la biografía del Quijote, que en algunos aspectos me hace recordar al triste peregrinaje del Buscón. La ironía de Cervantes está cada dos líneas pero es obvio que se debe leer una edición anotada sino muchos de los chistes se pierden. La chica de los lentes de Saint Marks le dice a Camilo que le gustaría aprender español. A mí me enseña el CD con la lectura de TS Eliot de La tierra baldía (También están Miércoles de ceniza, La canción de amor de J. Alfred Prufrock, Sweeney Among the Nightingales y Journey of the Magi). Pero estoy quebrado, mis últimos centavos se han ido en la impresión de la Guía, que al parecer ya está pasando aduana para embarcarse a EEUU. Por eso solo la rodaja de pizza con su Snapple de Green Tea. Y antes de dormir unas cuantas páginas de Lord Jim, que estoy leyendo muuy lentamente. Rachel me regaló un marcador de libros de Ghana. Antes de apagar la luz lo he dejado en la página 89.

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