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Ali La Pointe es el rebelde. Ladronzuelo, tras las rejas. Sus ojos miran, aprende. Han fusilado a un patriota. Gillo Pontecorvo comienza su epopeya con el traidor, el informante, el pobre viejo que no ha podido soportar la tortura, su llanto impresionante, una sola gota en frente del lente. Brilla la gota mientras desciende, y las tropas francesas ingresan a La Casbah. El coronel se pregunta si todos los Sartres quedaron en el lado opuesto. Libra la guerra de la inteligencia, de la cual no se han de librar ni Ali La Pointe ni el bravo Omar. La tortura, esa lenta forma de matar testigos, de resquebrajar las causas justas, de terminar con los deseos de libertad. No hay justicia en el mundo, no hay paz, solo la guerra. Esa guerra terrorista o represiva, ambas terribles.
Muy temprano en Lehman, he impreso unas treinta copias de The NY ST. Ha salido por fin, me ha dejado Orlando cerca de Lehman, luego de pasar por la tienda de vinos. No quiero ninguno, me duele la cabeza de anoche. Llama Elisa para decir que le duelen las piernas, y Camilo me cuenta que se ha reconciliado con ella pero la idea de tener a Patricia es un imposible. No quiere nada, lo esquiva. Pobre Camilo. Me gusta como ha quedado el primer ejemplar, ahora a mandarselo a una lista de gente, a repartirlo. Creo que a todos les va a gustar la idea. A mi me gusta aumentar cada vez en mayor cantidad: 4-8-12-16-20-24-28-32 paginas. La siguiente tiene una entrevista con Daniel Alarcon. en McSorleys.
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