El balcón de madera era blanco, antiguo, recién pintado.
La cama estaba pegada a la pared (chirriaba al acomodarse)
En la tele los gángsters celebraban el Día de San Valentín.
¡Qué silencio en el departamento!¡Qué luz entraba en el living!
Me dijiste que no los bese tanto, que no los acaricie tanto
No pude creerte que los había reducido
¿Para qué? pregunté
Mientras mirabas la tarde a través del balcón
Recordaste nuestro primer encuentro
La taza sobre el plato
El té de tías
Habían pasado apenas dos semanas
El tacto se me había escabullido, la prisa me dominaba
«¡Bésalos cuanto quieras! Total…»
Qué manera de dejarte llevar
De calentar en el tiempo indispensable
Lentamente: primer movimiento
Segunda tocata, suenan los trombones, aceleras
Con la marcha de la «Eroica»
Toca un frenesí de trompetas y ese trombón asesino y esos violines
Y la ceguera absoluta
La turbulencia irreprimible en un rugido perpetuo
No existió segundo movimiento
El balcón dejaba entrar la luz
La puerta viejita se abrió de repente
La llave giró en la cerradura
«Oh, lo siento..No lo sabía»
Te veo recogiendo tu ropa, tus nalgas
Corriendo sobre las mayólicas tostadas de la casa vetusta
Había cierto orden primoroso en esa casa
«Lo siento…no lo sabía»
Vamos por unas cervezas, por el malecón
Otra vez me das un beso
Lo que suele significar que no tengo la culpa
Te prometo un segundo encuentro
Me prometes extrañarme
Desde esta ventana al reservorio
Recuerdo nuestra última tarde
La música y la luz son las mismas
Imaginaria poesía del tiempo y de la vida
Tus aguas me mojan los pies
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