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The New York Street

Un blog lleno de historias

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Poesía

En NY

Me fuí a Nueva York para vivir en el humo
Tal vez porque estaba cansado de tan poco trabajo
De la poca prisa
Tal vez porque me golpearon feo en mi última pichanga
Tal vez porque se casó el amor de mi vida
Tal vez porque no era bueno para nada.

Nadie me creyó cuando dije que me mudaba para Brooklyn
Que quería estar cerca del subterráneo
Que me gustaba el ruido de la gente, las largas esperas

Jugábamos fútbol al medio de la tarde
Acompañé a una brasileña enmedio del pánico
Se me cayeron las torres a su lado,
Esperando el tren uno hacia el Bajo Manhattan
¿Una guerra? ¿Cuál guerra?
Allí sólo veía la amenaza terrorista
¿Por qué alistar los aviones, los aeroplanos, los tanques?
¿Cuándo empezaron a soltar las bombas?

El Bronx tiene bonita vista al río
Camino entre las hojas nuevas, estación que llega
Abrazo a los cardenales que se quedan
Las tinieblas del pasado nuevo y revelado
Las canchas de tennis con sol
Las pecas de mi novia

Les mentiría si les digo
Que nunca he sentido miedo
Y que no he sido feliz,
En Nueva York.

Rescates


Levanta las patas el caballo y caigo al agua
Chapucea mi orgullo
Regreso al pueblo con las nalgas mojadas

Hay un tren con apellido fulminante
Demora treinta y cuatro horas en llegar al Brasil

Cada noche jugábamos a las cartas
Suena a risa nuestra partida: Telefunken

Corriendo entre las ratas y los acantilados
Debajo del puente se ve mejor el mar

Crecimos los tres bajo el mismo techo
Sosteniendo una botella de vino
Undurraga, helada, brindamos bajo el mismo cielo

Hay tres caballos en mi sueño
y treinta algas amarradas a la cornisa
Cuatro lapas agachadas
esperando la marea alta

Solitaria lagartija que pierde la cola
entre la arena que quema y sandalias abandonadas
la fruta podrida escondida
debajo de la cama.

Hilachas de paja que marcan la hora
Descalzo, de casa en casa, busco comida
Me señalan la casa sobre la plaza:

Corre, lleva tu plato. Han hecho sopa de choros.

Tus aguas me mojan los pies


El balcón de madera era blanco, antiguo, recién pintado.
La cama estaba pegada a la pared (chirriaba al acomodarse)
En la tele los gángsters celebraban el Día de San Valentín.
¡Qué silencio en el departamento!¡Qué luz entraba en el living!
Me dijiste que no los bese tanto, que no los acaricie tanto
No pude creerte que los había reducido
¿Para qué? pregunté
Mientras mirabas la tarde a través del balcón
Recordaste nuestro primer encuentro
La taza sobre el plato
El té de tías
Habían pasado apenas dos semanas
El tacto se me había escabullido, la prisa me dominaba
«¡Bésalos cuanto quieras! Total…»
Qué manera de dejarte llevar
De calentar en el tiempo indispensable
Lentamente: primer movimiento
Segunda tocata, suenan los trombones, aceleras
Con la marcha de la «Eroica»
Toca un frenesí de trompetas y ese trombón asesino y esos violines
Y la ceguera absoluta
La turbulencia irreprimible en un rugido perpetuo

No existió segundo movimiento

El balcón dejaba entrar la luz
La puerta viejita se abrió de repente
La llave giró en la cerradura
«Oh, lo siento..No lo sabía»
Te veo recogiendo tu ropa, tus nalgas
Corriendo sobre las mayólicas tostadas de la casa vetusta
Había cierto orden primoroso en esa casa
«Lo siento…no lo sabía»

Vamos por unas cervezas, por el malecón
Otra vez me das un beso
Lo que suele significar que no tengo la culpa
Te prometo un segundo encuentro
Me prometes extrañarme
Desde esta ventana al reservorio
Recuerdo nuestra última tarde
La música y la luz son las mismas

Imaginaria poesía del tiempo y de la vida
Tus aguas me mojan los pies

El viaje


Cuán lejos Europa
Cuán lejos Nueva York
Al asomarme,
Me alcanza.

¿Quién vigila la casa?
La tele, el kinema, la plancha
Ofrendadas al fuego,
Al borde del desierto.

Entre aquellas bóvedas
Vive la sabiduría
Jamás mujer alguna fue cortejada
De esa manera.

Al milésimo grano de cebada
Se escapa la hora violeta
Y las libélulas empiezan su cantito
Divino. Los lobos van por peces y por más.

¿Habrá valido la pena tanto viaje?
Nunca tanta paz entre tanto libro

El ciego asiente con placer
Su piel fría tiembla al rozar la mía.
¡Oh Padre mío!
No hemos inventado nada
Que tú no hayas querido.

Estamos en tiempos positivos
Encontramos ofrendas en caminos sagrados
Levantamos altares en
Rutas manchadas de hoyos.

El tránsito bordea el cerro
Cruza el túnel, avanza entre naranjas, viñedos,
granados.

Diosas benévolas manejan el tiempo
Crucifican y observan
en la primera curva, maduran los helechos,
Robustos
En el acantilado ha amainado la niebla
Somos viajeros eternos
Larvas amarillas

II

En las pozas celestes escribí
Una oda a tu vientre
mainaban las olas en la cúspide tosca
De las piedras salientes.

Generosa memoria
La silueta flota inacabable, tu palabra
Contiene la misma música
No hay jardines sin pétalos
Sobre ramas negras.

No levantes la mano esta noche
No te percates.
Déjanos entrar en la ciudad en silencio
Déjanos engañarte.

Banda

A qué música debo el privilegio
A qué carne de cañón la conciencia tranquila

A qué sarna tu piel
A qué rabia tu deseo

A qué siglos le debo este encuentro

A qué clavos martillo sin saberlo.

Manos

Manos que jalan hacian el suelo,
Nada de qué avergonzarme,
Tal vez de no saber cómo se llama la calle
Habiéndola transitado antes.

Tal vez de no conocer a nadie
Y que a nadie le interese conocerme.
El exterior más ordenado
Esconde el caos que corre dentro

Inconscientemente llamas al peatón de negro,
Al asesino que maneja mejor el cuchillo.
Es tan facil pasar al otro lado del territorio
De los verdes campos de flor de lilo.

Asemejas:
Porcelana vieja a punto de caer,
Muebles apolillados
Decadente marco de ventana del Rímac
Pared carcomida, dientes cenizos

Aparentas:
Junio. Y corre por tus venas el temblor de enero
Aparentas:
Cada vez peor, cada segundo con menos aplomo.

Tal vez podrás resistir a las avispas asesinas,
En conveneintes plazos
Orgullo: ese extraño enemigo.

Tu mano decía:
Majestad, con tantos reinos disponibles, le sugerimos
Abandone su castillo.
Sin embargo te gusta el paisaje
Aquí se cae con más brío.

Piensas más en caer
Y en nadie para detenerte.

Tierra de Animales

Y el bang
y el bum
y los vidrios cayendo como gritos desde el Infierno
«¿Están todos bien?»
En la salida del cine, ¿cuánto me cobras hasta?»
¿No lo sabían?
Parece que es Sendero
«La nacionalización del sistema financiero»
Eso es lo que tenía que hacer este huevón
Y en el kiosko
¿Quién te ha dicho que no sabe nada? Es ingeniero
Anoche entró Sendero
Sendero ha tomado la Embajada.
¡Vamos a matarte Julio Segura!
Y en la noche, después de la cena se sienta Julia
y nos cuenta.
No quiero eso, sácate eso. No quiero eso.
¿Cuanto me cobras por enseñarme la chucha?
Brummmm, ¿Están todos bien?
Ya nos malograste el paseo.
La risa caverníiicola
Es solo un momento chicos ¿Nunca has posado para publicidad?
¿Nunca te la han chupado?
Acá tenemos con nosotros a Bibi Gaitán
¡Bibiiii! ¡Bibiiii! El gran Wilhelm Granverguer.
Para o te disparo conchatumadre.
¿Jefe y la rifa?
Si pues señora, pero..caliente, caliente.
Estuve asi de enamorarme de ti.
Tu y yo solo podemos ser amigos.
¿Pero dime…a quién quisiste más?
¡Ya están en Chosica!
Allá por el cerro, las veredas son así de altas.
Camino a Cieneguilla
No pense que serías capaz de hacerme algo así.
A veinticinco pues mamita
Vamonos pues
Siempre llegamos tarde a todos lados
¡Muchacho!
Es una maravilla.
Y el caballo camina sin riendas
entro al pueblo de nuevo y escucho las risas
«Te voy a enseñar a silbar con los dedos»
Debajo del agua, el tacto de sus senos.
He mandado a todos al pozo
Quisiera que fuera una declaración de amor…Yolanda, Yolanda
en la hora púrpura, estacionados en San Borja
Este es el último día de colegio.
number nine, number nine, number nine.
Quisiera seguir asi, maquinándome, maquinándome
Y el tráfico. Échale un fósforo.
Es lo mejor que podías haber hecho. De todos modos te van
a despedir.
Estatización del sistema financiero. Eso es lo que tenía que hacer
este huevón.
Es ingeniero.
Por favor, que no nos metan más goles.
Eres un maricón.
Las voces del colegio,
el patio de quinto.
Humillación al ritmo del cha cha cha.
Eso es un brassiere, su brassiere, su falda
Bésame en silencio.
Soy de Ventanas. «Eres el chico más lindo»
No tienes corazón.
«Helados Glacial Helados»

Es esa arena mojada que se pega entre los dedos
en la playa,
es la arena que se mete a la boca,
es la sal.
¿Qué vas a hacer?¿Acaso se la puedes presentar a tus amigos?

Estoy como cuete. Como cuete quemado.
Vamonos al monte
a matar indios.
¡La peineta! ¿Dónde está mi peineta?

Siempre pasa, es una crisis de fe pasajera.
A todos nos pasa.
Y gritando, y gritando
Y en la soledad de tu cuarto
«¿Cómo te masturbas? ¡Mastúrbame así!»

¿Alguna vez se ha masturbado?
¿Se ha corrido la paja?

En la soledad, sus labios. no nos han visto.
Entre las frutas, toco tus labios.
en silencio, toco tus labios.
Detrás de la ropa la mirada de una tía que nos mira

¡Te dije que no!
Yo que voy a saber
¡Tú no te das cuenta de nada!
De nada, de nada.

En la calle, estrellando el balón contra la puerta
Empiezo a ver doble, las luces, no quiero pero no puedo.
Lleva la cuenta en el reloj de pulsera. Digital.
Déjame jugar
¿Cómo se llama eso?

¿De verdad irías conmigo a un hostal?

¡Bibiiii!
El calor de sus senos aún lo recuerdo. No hay nada más.
Es sólo el calor, como un flach.
Se ríe.
«Ella lo quiere joven, pero me ha dicho
Cómo se yo que él me quiere?
Me asomé por la cerradura y los vì.
Ella se la estaba chupando.
A ella le gustaba»
¿Cómo van a ser esos drogadictos mejores que usted, joven?

Su voz.
¿Alguna vez te has enamorado?
Nunca he besado a nadie antes.
Primo.

Su piel era tan suave. En la plaza de Barranco.
La piel de su rostro era tan suave.
Esas perlas aún son sus ojos.
Y su aliento era tan fuerte.
Y hubiera saltado con ella, esa noche.
Y muchas noches más
De villancicos.

Nos fuimos al mercado a caminar
y le compré un cactus pequeñito.
Me gustaba sentarme a verla dormir.
Se lo tragó con zapatos y todo.
Mi corazón.

Dormir en la calle no es buena idea.
Hace mucho frío en la estación,
el taxista sigue por la ruta al lado del terminal.
«Si hubiera sabido que no eran sus amigos yo no los llevaba…»

Ring ring. En el tren se mira mejor la soledad.
¿Has viajado solito?
Todos los que no son de izquierda son unos hijos de puta
Brincadeira peruano
Déjame que te presente a las Petunias.

Me voy a trabajar en Chimbote
Estuve a punto de decirte que sí.
Vas a tener dos hijos y una hija.
Tambiéeen vieneee.
«Atrás de este cerro está la Musa»
Acá tienes cien soles: Que tu empleada me enseñe las tetas.

Grita, grita para que se te vaya el dolor.

Mira, mira al frente.
No se ve nada.

Amar a Ingmar

Tres hermanas tres
las lágrimas rojizas
descienden por la pálida piel
de Anna.
Ojos grandes como sus senos, inmensos
maternos, robustos,
llenos de dicha.

Agnes a punto de morir
los tres juntos otra vez
en la casa de madre
el columpio
de niña osabas espiar.

¿Por qué me besas?
¿Por qué tus labios corren rápido hacia mi boca?
¿No sabes cuánto te odio?
¡Cuánto destesto tu estúpida felicidad¡
Tu sonrisa sin complejos, post-histórica.

El hombre le teme a la muerte
y somos tres hijas temiendo la suya
a las dos nos ha dejado la casa, el poder sobre Anna
a la más débil le ha quitado todo
¿Qué te hizo Agnes, Ingmar?

Corte a rojo. Nostalgia. Lear. Poder.

Los ojos de la sombra del guerrero, Domingo18

(Reactions to Kagemusha)

Los ojos del guerrero,
El clan ya no los necesita. Él ha muerto.

Ha sido transformado en sombra
Ahora sus amantes lo descubren
No tienen la piedad de Euriclea
La cicatriz lo ha vendido.
No hay revancha entre los guerreros.

¡Lloras!
Recorres deseperado el campo de batalla
La montaña se ha movido
Sabes que ha debido quedarse en silencio
Apretar los dientes,
Aguantar.

Lo sabias al apurar el paso
Frente al fuego, frente al viento, frente
A los bosques.

Sabias que el caballo no te amaba
Que la caída al pais de las sombras
Sería dolorosa.

Dramática mirada, en el frente de batalla
Perecieron los caballos a la sangre
Levantaronse trágicas sus crines
El caballo te ha vendido y ha muerto.
Es muy tarde para que mida su error.

Es el fin del clan
Se entrelazan las espadas sobre el cielo
Se encontrarán con Shin gen
Y la montaña ascenderá a la montaña

La montaña no se mueve Nabukoto
Ahora es el fin
Y las huestes enemigas
arrancarán tus estandartes,

Y morirás sombra,
habiendo muerto ya.
El espejo no devolverá tu reflejo
Y la historia
No devolverá tu imperio.

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