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The New York Street

Un blog lleno de historias

Categoría

Poesía

Ella era boca

Quise ser piel y enjuagarme

Con tu ropa.

Y a las nueve, apagar la luz.

Quise ser sobre todo

Él en ti

Ser los dos

Pero no se pudo

La lluvia no permitía las corridas

(Podías resbalar)

Pongo a quemar las cartas que me diste ayer.

Y escucho lo que dicen aquí, en Guayaquil.

En tu carne

¿Me escuchas?

Creo que te has quedado dormida

Tengo un rizo tuyo perdido entre mis dientes

Te quiero con toda el alma

Quito, 8 de mayo 2000

Amanecer

Ellas circulan por mis sueños,

Como sirenas

Mojando sus dedos.

¿Debo seguirlas?

«Paciencia» dicen,

Endulzándome con

Sus besos líquidos.

«Tus pasos requieren

Cauces de ríos

Desesperados

Y páginas-biombo que protegan tu cuerpo

Del temor.»

Terminé de soñar que soñé que era yo

Que soñaba con ellas

Cuidando mi cuerpo.

Y desperté con mis brazos extendidos.

 

Horas

Cielo raso, cielo raso, literatura.

Purga que levanta el ánimo, literatura

Veneno en carne de cañón, literatura.

De las calles, ruido y voces que siembran y cosechan.

Miradas enfermas, odios: literatura.

 

 

Y esa señora que mira el bus pasar, anteojos caídos, los brazos resignados

Que mira las nubes componerse, rebelarse, sentir miedo y caer…esa señora pudo ser mi madre

Esa madre pudo ser mi fuerza, mi guía.

Voces entonando preguntas

Cautas, inesperadas, opciones que tejen.

Lentos finales que avanzan: una vida.

Tantas cosas que nos han pasado en una vida

Muchas vidas como la de aquella señora

Esperando el momento de empezar a trabajar.

 

 

Estas comas literarias, estas divagaciones de

Tanto caminar y tanto caminar y tanto caminar

¿Y si no tuviera tiempo sería yo el mismo hombre?

¿Y si no tuviera opciones sería yo el mismo hombre?

¿Y si no leyera

Estaría el mundo fabricado

De literatura?

Adiós Dublín*

A los amigos todos en licencioso beso
Los despido
Somos los mismos hombres

Los liceo

Adelantemos esta despedida:
Con exilio y suspicacia
Con la terca persistencia
Con nuestros dedos de furia
Masturbaremos a la letra
Y auscultaremos al infierno

 

He de sembrar semillas
Con mi miembro
Con tu cabello atado a la cintura.
Alumbraré el cuartito, asomadito al catre
La manivela de porcelana vieja
El caño descascarado
La biografía mitológica
Tus mejores líneas, Joyce.

Asumiré tu genio
Tus letras, tus reservas.

 

*Escrito después de leer A Portrait of the Artist as a Young Man

Los buenos finales

No se pueden comprar los buenos finales

Tampoco los finales imposibles

Llegan con los duendes en los sueños

O los trae la paciencia con los años.

 

 

Los buenos finales llegan solos, aparecen

Saben que nadie

Los estaba esperando.

 

 

 

 

Sobre la primera

Son las cuarenta bocas las que llaman mi atención

La boca que temblaba junto a la mía

La boca que juraba amor

Entre las rocas.

 

 

Son los pechos de ella los que tiemblan en el recuerdo

Atrapados en el tiempo y entre mis dedos antiguos

Y su cabello entrenado para caer lentamente,

Y sus ojos preparados para jurar.

 

 

Son las pisadas en la madrugada, pegados al recinto colorado,

Cuando mirábamos juntos el universo

Y despintábamos las cenizas de nuestra pobreza

(¡A quién le importaba entonces la pobreza!)

 

 

Son las toneladas de cariño batidas entre manos frágiles y

Besos, camino a su cuello

Son las súplicas a la noche, que no concedía más que

El silencio y el despertar a solas.

 

Son las miradas llenas de fracaso, los lagrimones impotentes

Con los que me castigaba

La furia del universo de los desentrenados,

De quienes no saben caer.

 

 

Esas mujeres siempre vuelven, en noches de frío

Todas ellas son las cuarenta bocas, que lejos de aquí, siguen su camino

Mis noches llevan sus marcas y algunos de mis días

Aún tienen el destino trastornado por aquellos labios

A los que nunca pude besar.

La pirca

Y de niños trepábamos la cerca de los establos

Y ella me dijo con calma:

“Cierra la puerta”

Mientras cubría los pechos con sus brazos.

 

Pero frente al mar, rodeados de libertad, éramos los nunca jamás.

Interpretábamos el océano

Ese curioso laberinto.

 

“¿Y qué somos nosotros? ¿Primos?”

Es una pila de imágenes desconectadas

como la ruma de piedras de las casas

Desbaratadas.

Y sería tan bello todo con agua

Pero no hay agua

“El imbécil ignorante ha quemado el monte”

 

Sígueme. Te voy a enseñar a vencer el miedo

Nunca tuve miedo del mar.

Cubierto de barro me sumergí en el puquial.

“¡Te ahogarás!”

Corriendo hacia el sur a interpretar los acertijos.

Tampoco tengo miedo del agua

“¡Te ahogarás!”

Nunca pensé más que hoy en la muerte

Mis sueños han prefijado la noche.

 

Y yo creo en mis sueños.

 

En otra ciudad, mucho más lejos, avanzan los autos

“Toda la Javier Prado Molicentro Musa”

“Cinco minutos, cinco minutos”

“Ahora dale. Pisa, piiiiisa”

La Combi acelera

Y yo maravillado.

Mal resolvedor de acertijos

Atento y presto, con mi diccionario.

 

Vuelvo a mirarme en el reflejo del agua

Entre las olas del Pozo

Delicadeza de sus líneas, de sus ojos

Delicadeza de sus manos

Ofreciéndose.

 

¿No somos primos?

Pozo de los hombres (Ja)

Y es que las estirpes condenadas a cien años

De soledad

“¡Nunca tendrán, nunca tendrán!”

…jamás.

Procedo

A corregir tu nombre
Tus leves, crueles
Pozos de selva, olivos encantados.
Negros ojos que remiten
Que parece que transan.
Enredo mi manos, húmedas, eléctricas.

Lloramos como enrevesados
Sin entendernos poco ni mucho
Procedo a corregir tu nombre
Como si pudiera explicar
Por qué cierro tus párpados
Por qué quiero besarlos

Peekskill, 19.02.2011

Reglas

Oye la lenta agonía del destripador
préstale atención al dulce solaz de las muchachas
que soban sus recuerdos contra los libros.
No dejes de volar en cuerdas principales
en aguacates con condimento en limosinas hechas de dinero
ajeno.

No revises el pasado que duele a lunes
ni entretengas fábulas de animales vikingos
No hagas trampa en los negocios con los esquimales
y duerme bien, sin tregua.

Escapa una vez al día,
y levanta las plantas de los pies, huele la tierra
de los comercios amargos. No desenvaines la espada
si no sabes lo que vas a cortar.

Deja correr el agua con que lavas el arúgula
y a principios del mes saca a pasear al inocente
al hijo de todos los hijos
Piérdete en el pasillo del delito ajeno
Busca un hobbie
habla francés.

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