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The New York Street

Un blog lleno de historias

mes

enero 2005

29 de enero, paseo por la Ciudad del Alfabeto

Mira: Camina hasta Marcy Avenue, pisa Broadway, una cuadra, dos pisos para arriba. El tema del pisco peruano bien enfocado. El pescado delicioso con las papas cremosas, jugosas y el primer blanco de la noche.
La pantalla gigante atrae todas las miradas. Es como el cine. Ahora puedo decir que es otra cosa ver al ‘Dude’ Lebowski en platea. Si nos hubieramos quedado sentados un rato ya no salimos nunca. Elisa dice el camino mientras Pedro cuenta la historia de su pelis y su vida. El viaje a Disneylandia con las hijas y las movidas del hermano del esposo de la Geraldine Chaplin. Seguimos para Alphabet City mientras Pedro sigue camino para Queens. Apenas a media cuadra he descubierto el subsuelo del Tonic. Dentro de un barril de vino compartimos una Red Stripe y una Boss y el sonido de los teclados y los sintetizadores como fondo. Arriba toca una banda de jazz. Se ha secado la nieve, el suelo sigue congelado hasta la casa del poeta, frente a la del pintor. Entonces aparecen las estrellas y entre ellas el ron Viejo de Caldas. Debo recordar que en Williamsburg fue el primer encuentro con el Capel, un descubrimiento. En cambio en la Casa Tomada lo del Caldas fue un volver a verse. Se puede hablar de ron por horas con los colombianos. Claro que como discutir si te dicen que el Pampero de Venezuela es de calidad indiscutible. No alcanzaba para probar el Caldas hasta que alguien me invita unas gotas. Se convierte en un chorro…A las estrellas de la noche hay que clasificarlas: Laura, con su tatuaje y sus ojos chinitos brillaba sola. Su amigo el bonaerense Boris ha viajados hasta la Patagonia y me han vuelto con sus historias todos los deseos de volver. Ricardo es el poeta de la Casa Tomada y José es el pintor de los desnudos que adornan las paredes. Los colombianos no me han dicho sus profesiones. A Juan Pablo le gusta llenar los vasos de vino y de whiskey (esa era otra estrella: aguardando que todo el licor se acabara para brillar como una nova a pesar del empapelado rojo.) Agradecimos eternamente el detalle de Epifanio, el mexicano que se fue antes que desapareciera Frontera y los otros blancos. La verdadera estrella, ademas claro de Fifi con su manto de Manila y su acento paisa, era Frank. Es la fiesta de sus 70 velas. De eso constan los pedazos de pastel que Elisa y yo fuimos desapareciendo mientras acorralabamos a las velas con el cuchillo. Clarice es su esposa ,que le debe empatar la edad. Ella vuela con su hijo hasta Baghdad y enumera las desgracias de la Guerra Santa y el imperio Bush. Frank me habla de su oportunidad de mudarse de Virginia a Nueva York. Al final va a terminar en Dover Delaware, que al menos corta en cinco las horas de viaje hasta el centro del mundo. Con la hija de ambos, comparto los ojos azules deliciosos y converso sobre Danny The Dealer y Whitnail and I. Son pasadas las 4 cuando encajo el primer merengue. Felizmente se ha terminado Johnny y despacharon todo lo que quedaba de Frontera. Con un falafel en Hudson se ha terminado la noche. Elisa sonrie mientras el mapa del tren nos queda demasiado complicado. Es que ya hemos salido caminando de la Ciudad del Alfabeto.

>Descubriendo al Beowoulf, 28 de enero

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En la Biblioteca de Londres se conserva el original manuscrito de esta epopeya anglosajona. A pesar de lo que la une a las tradiciones inglesas, casi toda la historia transcurre en tierras escandinavas donde el Beowoulf enfrenta a los dragones que amenazan con destruir al mundo. Al parecer, de todas las traducciones, la que mejor refleja el sentido original, fue hecha imitando el dialecto de los irlandeses de Ulster y usando variaciones del idioma provenientes de Irlanda. He avanzado un poco en la lectura de la Triologia sucia de La Habana. La rojita me dice que lea el Rey de la Habana, la que le gusta mejor de Gutierrez. Pensar que mientras tanto Rachel viaja en guagua por Cuba..Annerys quisiera volver a ir, pero ya no para estudiar cine, la prestigiosa escuela cubana le cerraba las puertas dos veces por falta de presupuesto. El consuelo es que ya son muchos los que dicen que a esa escuela lo que le queda es tan solo el prestigio.Camilo ha llegado casi a la medianoche y me ha traido un cargamento de golosinas desde Lima. De yapa viene mi ejemplar autografiado de La Odisea, Las Memorias de Adriano y este fenomenal descubrimiento mexicano: Juan Jose Arreola. Su Confabulario Personal. Las cartas de la rojita otra vez son fascinantes. Esta vez dice que quisiera trabajar en Westchester. Y me pide que la llame porque su lap top no funciona como antes. He podido terminar Sociedad Latina, pero nada de NY Street hoy. No me ha alcanzado el tiempo. Para terminar debo agregar, anote notario: ya me estab olvidando del sabor sin igual de las galletas Margarita (de Sayon) todo un golazo de mi madre. Sumemos Cua Cuas, Tortees y Chizitos, Sublimes, y muchos otros. Pronostico un invierno dulce.

>27 de enero, Manhattan bajo cero

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Bloom escribe sobre Milton y Dante, sobre encumbrar a Beatriz sobre todo y la manera en que ella supera todas las creaciones de Shakespeare. A Hamlet, a Lear, a Iago.. Dante sin embargo, escribe muchos siglos antes que el dramaturgo de de Stratford. Bloom resalta que de haber muerto antes de los 30, Marlowe hubiera figura en la historia de la literatura como una figura superior. Fue poco tiempo luego de la muerte de su par, que Shakespeare escribe sus obras de mayor renombre.
Milton y Dante parten de la Biblia y si bien Dante es un hereje a los ojos de la Iglesia, ella lo soporta pues es la contraparte que necesita para enfrentarse a Shakespeare y su modo de exaltar a criminales, villanos y otros caracteres vulgares. Bloom dice que la mayor parte de las creaciones de los miembros del Canon, son personajes viles, hay muy pocos ejemplos, si es que alguno, de valores morales intachables.
Me he llevado en el tren a Lehman, mi libro de Bomarzo. El duque Orsine, el giboso duque Vicino, entrmezclado entre las huestes de nobles e ilustres de todoa Europa que asisten para celebrar el ascenso al trono del Emperador Carlos V en Bolonia. Las intrigas palaciegas, el re encuentro con Pantasilea y la rivalidad a muerte con Marbaele, pues pretende a Julia Farnese, ya prometida a Vicino. Entre ellos, el paje establece un nexo nuevo con los demonios, esta vez para garantizar el matrimonio. Marbaele no consigue ser ungido cardenal, y marcha al auxilio de los Medici ante el desconsuelo del duque jorobado que no puede seguirlo pero tampoco se anima a matarlo. La abuela Diana mira todo desde lejos, sabe que va a morir y me imagino que la empiezan a perturbar las decisiones de su nieto. en el tren de regreso lo he dejado al duque Orsini enfermo y con miedo de ver su rostro desfigurado, entre los palacios de Venecia, en pos de las manos curadoras de Paracelso.
En la tarde he avanzado con la revista pero no he podido terminar, he querido avanzar con lo de Jeanny pero tampoco he podido. La buena noticia es que se ha confirmado el curso de comics y Print Media, al menos ya son 16 los alumnos y le curso se ha salvado. Ahora hay que preparar lo que voy a decir en la clase. Eso va a estar bueno.

Vivir con dignidad, 26 de enero

¿Y si muriera? ¿Podré pasearme por el cielo y volver a acariciar tus cabellos? Si renunciara a la vida ¿Puedo seguir viviendo dignamente luego? ¿Acaso the dream is not over after death? Fuera lo que fuera, encauzado en el nivel de un poema o como una denuncia del derecho a vivir con dignidad, el drama de Ramón Sampedro ejemplifica el drama de todo el que clama su derecho a la eutanasia. Cuán difícil puede ser para mí decirlo en este momento, pero nadie sabe cuan cerca o cuan lejos puede estar el momento en que se ha de necesitar ejercer este derecho. El cine, hoy, fue obra de Annerys, ella sugiere y encuentro que después de su clase en ALCC , las 6:45 es la mejor hora. En el Sunshine. La veo reír y llorar. Lo que han hecho Amenabar y Bardem es notable, pues han construido a un personaje inolvidable. Con esas frases breves, con ese tono de ironía y humor negro, el personaje cautiva desde el principio. Y su encuentro con el cura, si bien directo, es lo mejor que se ha puesto en el cine masivo contra la iglesia, creo, desde que Buñuel hizo cine. Si bien éste prefería poner una escopeta en sus manos o burlarse indirectamente de su pomposidad e hipocresía, Bardem, mucho menos sutil, concibe esta escena para establecer mejor que nadie antes que él, su postura frente a la de la Iglesia. El debate en la pantalla, con el estado y el arzobispado. ¡En un filme! La escena final me parece, hasta cierto punto, robada de Dead Man Walking, si bien Bardem no es Penn, –y Ramón no es un asesino–. El desenlace es el punto final que se necesitaba. Ver a la abogada mirando el mar desde un cerebro vacío, es lo que nos faltaba para tener todas las claves necesarias para el debate: ¿Vale la pena que viva? Ella ejemplifica el drama de Ramón, eligiendo vivir sin dignidad, respirando pero sin sentir, sin saber, sin reconocer, vivir porque otros decidieron que vivas o solamente porque no tuviste el suficiente valor de quitarte la vida. Annerys estaba llorando y no la culpo. Antes de dormir he seguido con el Western Canon de Bloom y algunas frases deliciosas sobre Shakespeare que redondea como creo que siempre lo quiso hacer: El Canon es Shakespeare. Coincido con la carta de la Roja en que «si hubiera un canon de criticismo para Bloom, él se pondria en el centro». El canon es Bloom diria él. Por otro lado, debo anotar que la Roja lo conoce en persona, de Yale, y lo representa como un gordo lascivo, libidinoso, que acosa a sus estudiantes hembras.
La Rojita me ha sorprendido pues le gusta también el libro de Gutierrez: Trilogia sucia de la Habana.

Hablando de Plato, 25 de enero

Un dia sin mucho aspaviento. La nieve se derrite. Jessica me ha dicho que Platón es importantisimo. La filosofa sabe mejor que yo y me da gusto que ni bien en la introduccion ya me gusta. Pero Platón justifica la existencia de un grupo minoritario que debe dirigir al resto, es una democracia reducida. ¿O tal vez la democracia perfecta sea esta que Platón proclamaba, o que al final acepta luego de ver las desgracias a las que lleva una democracia absoluta? Estoy hablando por hablar pues aun no lo he leido, apenas estoy en la introducción. He avanzado NY Street, pero me faltan fotos. Fui a visitar a Jenny y al final me convenció de que me quede a dormir. Hay algo que me gusta de Astoria pero en definitiva no me gusta tanto Astoria. Preferiria una casita cerca del pub irlandés de Carrol Gardens. Aunque me queda bastante mucho mas lejos del Bronx. El tren C se ha malogrado debido a un incendio. Y ahora requiere mayor tiempo que antes regresar a casa. Bueno, eso es todo. He dormido bien y el frío no ha estado tan fuerte o debe ser que me estoy acostumbrando…

Regreso con Plato y con Bloom, 24 de enero

Estuve en Manhattan por primera vez desde la gran nevada. El hambre feroz lo contuve con un almuerzo a media tarde en el Waverlys. Hace un tiempo helado, por eso me parece razonable optar por matar el tiempo en las librerías. Antes he tratado de solucionar el problema del celular, que ha muerto inexplicablemente ayer al responder una llamada de Alina. Posiblemente me he perdido un buen paseo sobre el Puente de Brooklyn , a eso sumar que Jenny llega de Italia y luego de tres llamadas infructuosas cree que la estoy evitando. Trato de solucionarlo en la tienda, pero parece que dependo del correo pues mandan el aparato para que llegue en 24 horas. Quise comprarme un gorro en Gap porque no logro aguantar el hielo, pero los gorros en Gap ¡se han terminado! Increíble. No recuerdo en otros inviernos nada parecido. Me detengo en una buena librería de la 42 y empiezo a buscar unos libros sobre el arte de filosofar, o la historia del fiolosofeo, como sea. El libro de Bertrand Russell es bastante completo, pero no quiero pagar los 24 cocos. Se me pasa la tarde en el metro, leyendo el poema de Gilgamesh. Estoy siguiendo su amistad con Enkidu y la fatalidad divina que lo hace morir y al mismo tiempo hace girar en la mente de Gilgamesh la rueda del deseo por la inmortalidad. Horas luego, en Strand, consigo asociar la noble idea de la inmortalidad (tan asociado estoy a ella luego de empezar a degustar Bomarzo) cuando encuentro, entre las gangas, el Western Canon de Harold Bloom. Leo fascinado el prefacio, donde Bloom consigna que los a menudo 400 nombres que se han canonizado como indispensables en la literatura, pueden reducirse a 26. No empieza con Grecia sino con Shakespeare, a partir de quien mide a casi todos los otros. Su manera de razonar es que alguien pertenciente al canon debe haberse medido primero con los grandes, con Shakespeare, y haber intentado superarlos. Por ello aparecen Proust, Joyce, Beckett, Ibsen, Tolstoi, Dickens, con los otros genios que considera originales: Kafka, Woolf, Dante, Milton,Whitman, Austen, Emily Dickinson..
Del espectro latinoamericano incluye a 3 nombres: Borges, Pessoa y Neruda. Sin embargo aclara que alguna vez se ha de reconocer a Carpentier como superior a Borges. De los grandes hispanos, incluye, solitario, a Cervantes. Bloom reconoce en todos sus elegidos el deseo vehemento de inmortalizarse con su obra. Antes de volver a casa he seguido merodeando por una librería de Saint Marks y me traje para leer Plato’s Republic. No he comenzado con el texto pero la introducción es lo suficientemente valiosa como para darme cuenta que he elegido bien. Antes de dormir me he encontrado en el chat con Caro y con la Diosa y me han mandado unas fotos de la fiesta ochentera en casa de Paloma. Carolina dice que tal como yo deseo el calor de Lima, ella suspira por la nieve de Nueva York y el friecito. ¡No sabe lo que dice!
Al menos han arreglado el problema del aire caliente y ya se puede vivir tranquilo en esta pieza. Menos mal.

Caminando sobre la nieve, 23 de enero

El dia termina con el Libro de Manuel sobre el pecho, dormido. Me he levantado casi a las 3 am para escribir una carta larga a la Roja, contestarle a Carolina y para escribir este diario.
Creo que lo mejor es copiar el editorial que redacto esta tarde para New York Street. En esas líneas resumo estas horas de nieve, nostalgia y paz. Desde mi breve cubículo en Dean St. Jeje

«El tiempo es el mejor aliado. El tiempo está de nuestro lado.»
Los Rolling Stones.

«Es un domingo helado y en la pantalla Akira Kurosawa despierta a los siete samurais para la batalla final. Me he quedado prendido de la imagen del novato echado entre las flores de la colina, suspirando por la vida de aprendizajes y aventuras que se aproxima. Luego he tomado de mi anaquel el libro alquilado de la biblioteca de Brooklyn: Memoria de mis putas tristes. Lo leo con calma mientras saboreo una cerveza belga y un desayuno irlandés en un pub iluminado de Carrol Gardens. He venido caminando dos cuadras e intentando retener las imagenes nítidas de la ciudad cubierta por la nieve. La paciente mirada del discipulo de samurai, la asemejo con la plácida calma con que despues de haber cumplido 90 años, el sabio de García Márquez, esperaba a su putita virgen entre las sábanas de la cama de un burdel caribeño legendario. No sé en qué momento se escapó Gabo de Macondo, pero he debido de perderle el rastro demasiado tiempo. Creo que, desde que terminé desilusionado las primeras páginas de sus memorias y puse a dormir el libro entre una novela de Cortázar y unos ensayos de Vargas Llosa. A propósito de Vargas Llosa, un amigo me telefonea desde Lima para contarme que ha encontrado tres errores en su libro sobre Víctor Hugo. Murmuro que le puede escribir una carta para que corrija los errores antes de su próxima edición. Yo mismo me sorprendo mirando para abajo. Garcia Márquez se muere sin habernos dado la última obra magistral, Vargas Llosa se aleja cada vez con mayor prisa de la violencia interior que necesitaba para plasmar su Guerra del fin del mundo o su Ciudad y los perros. ¿Asistimos a la muerte del Boom? Con dos cervezas encima y un plato de hamburguesas, el boliviano Paz Soldán nos contaba hace unos meses sus penurias en Estados Unidos. ¿Económicas? ¡Qué va! Él, como Baily o como Fuguet, han encontrado en Estados Unidos la nueva patria en la cual se puede ser escritor sin sufrir. Yo no los critico porque bebo del mismo modo de la teta emancipadora de los americanos. Las historias de putas de García Márquez se asocian más con las durmientes de hace siglos dibujadas por Kawabata; mientras Vargas Llosa busca inspiración en la pluma de Los miserables. «No hay ganas», me dice mi amigo desde Lima. En la pantalla Toshiro Mifune, muere mientras penetra con su espada al último de los bandidos que azotaba la aldea; en las páginas de papel reciclado, el sabio busca desesperado la liberadora adicción de Delgadina. El samurai aprendiz mira el cielo en busca de respuestas y yo intento encontrarlas en la luz que se refleja entre los troncos grises de una calle de Brooklyn. Tal vez en esto consista hacer literatura en Nueva York. En rescatar el boom del tropezón final, en lavarnos las manos de McOndo y en resucitar las viejas ideas de Kurosawa, entremezcladas con el lenguaje del Caribe y nuestro propia fatiga cautivada por las nuevas experiencias de una América que descubrimos aún salvaje en castellano. Termino la cerveza belga mientras en la pantalla los Halcones de Atlanta le clavan un touchdown a las Águilas de Philadelphia. Y me sorpendo riendo una vez más por el injerto. ¡Qué mezla carajo, qué mezcla! Bienvenidos a esta calle. Bienvenidos a New York Street.»

Siete son los Samurais, 22 de enero


Los Samurai de Kurosawa

Al estrenarse fue considerado por la crítica japonesa, en orden de mérito,  como la tercera mejor película de 1954. Finalizando el siglo XX, el filme fue catalogado por los críticos cinematográficos como el mejor que ha sido realizado en Japón durante todo ese siglo.

Amistad, aventura, amor, lealtad, guerra, intriga, traiciones: todo lo tiene este filme de Kurosawa. Me imagino como han de haber resonado esas imagenes, esos encuadres o esas espadas enterradas sobre los montes de los cementerios, en las cabezas de Scorsese, Coppola, Spielberg y Lucas, admiradores de su cinematografía.

La película dura tres horas y media, y los vencedores no son los samurais, sino los aldeanos: un grupo de miserables, condenados al sufrimiento por su cobardía.  Hacia el final de la película muere el maestro, también muere el vagabundo convertido en samurai: solo entonces los aldeanos celebran jubilosos, como si fuera su victoria el descalabro de los bandidos.

Me pregunto si Lars Von Triers  se inspiró en los Siete Samurais para realizar Dogville. Algo de esa película me resuena en esa frase que surge cuando al samurai le enseñan la armadura que ha conseguido Monzo y  murmura: Quisiera matarlos a todos…

En este filme, fue la primera vez que los japoneses vieron a un pueblo contratando a un samurai. Luego de Kurosawa lo veríamos en otras películas; ésta y otras imágenes kurosawanas, como la de los bandidos a caballo en la línea de la colina; o el reclutamiento uno por uno de los guerreros; que en filmes posteriores resultan partes esenciales de la trama. Otros directores también copiarían el método como Kurosawa componía sus imágenes, utilizando las miradas para crear movimiento y dinamismo.

Menú de cine de hoy: vi Maria Llena de Gracia, con Catalina Sandino Moreno en el papel principal. La pobreza de Colombia es la de todo el mundo. Resulta interesante que el director ha descubierto el universo colombiano allí en Sudamérica y también en Jackson Heights ( pero filmando en Ecuador para sortearse el peligro de ir a locaciones colombianas). Las vistas de la película se parecían esos paisajes que vi mientras bajaba a Bogotá desde Boyacá, pasando por el Salto del Ángel.

***

Empecé a leer la novela Memorias de mis putas tristes y me envolvió otra vez el lenguaje de Gabo. No hay ninguno que escriba en castellano como lo hace él. Inclusive en este homenaje/copia de Kawabata, del  que Héctor me había hablado tanto.

Por último, tengo que recordar que ha nevado todo el sábado. Conversé con Lima y todo el mundo está en la playa. Mayra dice que hace calor en su cuarto. Aqui hace frío, mucho frío.

Esperando el tren–congelado–, 21 de enero

El tiempo pasa lento cuando hace frio y uno espera el tren. Pasa lento si cancelan el tren que viene. Y lento si se retrasa el siguiente. Pero siempre quedan cosas positivas. Con dos tazas de chocolate caliente, conversando con el hijo del propietario del Cebiche del Rey, que ahora tiene cuatro restaurantes en Costa Rica. Ese acento peruano es inconfundible. ¿Knollwood? otra vez lo mismo y la demora, conversando con Giovanna mientras pasa el tren. La llegada de Miguel ¿Celos? Enfermizos parece. Pero no entiendo lo que puedo hacer por cambiar eso. Nada probablemente. El invierno ha llegado fuertisimo. Empiezo a ver los Siete Samurais de Kurosawa. El placer del buen cine en Nueva York. Otra vez.

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