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The New York Street

Un blog lleno de historias

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Neuromancer

Creo

Que todo va a estallar en círculos
Una llama gigante envolverá a este tren
En este instante.

No pasa nada.

Circulo. Sobre la plataforma desgastada.
Recordando el ocio perfecto.
Siento mis manos, pegajosas.
Mis ojos tan débiles, quizás enfermos.
Se abre la puerta y penetra la magia:

«Soy la mujer más bella del mundo»
Y yo no puedo creerlo.
Todos los demás son tan feos.

(Sostenme Carlitos Williams)
Yo sonrío con el libro a medio metro.
Ella tiene los ojos muy cansados.
Quizás enfermos.

¿Es bella en realidad?
No es la más bella del mundo.
Pero tiene razón:
Me veo detenido en ese rugido.
«Yo tuve diecinueve abortos».
Definitivo: son sus ojos.

Si la vieras.

Venimos de dos mundos distintos
En el nuestro no se grita aquello.
Luces de plástico celebrando tu
Frente arrugada. Aire caliente enfriando
Mi emoción

(Carlitos Williams. Creo saber a qué te refieres)

«Es un libro que deben de leer
Todos los que quieran la literatura»
Ejercicio de imaginaciones,
Con un pie llegando al invierno.
Con el otro en Lima.

(¿Y a dónde más iban a huir, Billy?)

Salgo de la estación.
Entre los caníbales del Barrio Chino
Las carteras perfectas
Muchos ojos azules encima
Niebla, paseo de gente sacudida.

Caminas erguida entre la ropa
«Agáchate para verte mejor,
Espérate que acomodo la cámara»
Yo aburrido de tenerte ganas.
Y tu sonrisa dice tanto
De tu forma de besar.

Y tú con ni puta idea de lo que he estado pensando.
Nada.
«¿Cómo has estado?»
«Te he extrañado, baby»

Otra ves me sonríes mirando a la cámara
Tal vez tengas toda la razón
Tal vez seamos todos feos
Estemos todos percudidos, víctimas de la grasa.
Habrá que esperar hasta Navidad
Para ver lo que nos traigan las hadas
Entre los radares y parábolas de un país atrasado.

«Que haya venido a sacrificarse
Me parece tan parroquiano…»

Y el yate empieza su carrera
Se despierta Molly en su cofre cibernético
«Bienvenidos al desierto de lo inmoral»
Saca un número, me mira a los ojos otra vez
Y me dice:
Tú no eres el elegido

¿Quién se lo dirá a Morfeo?

Peekskill, 19.2.2011

Mario Gasa Veros es un escritor


Mario Gasa Veros es un escritor. Vive en mi mente. Cuando empieza a hablarme sé que debo coger un pedazo de papel o encender la computadora y escribir.

Mario es exigente. No puedo escribir de cualquier cosa. El estilo y el tema tienen que ser extraordinarios y originales. A veces me pregunta: ¿Qué lado de tu cerebro funciona cuando lees La guerra y la paz ?

Me grita que estoy confundiendo el color de las hojas de mi calendario con el estado real del tiempo, que me estoy alejando de la verdad. Me asomo a la ventana y veo un día nublado. El 25 de noviembre del calendario es de color azul. He estado viviendo demasiado tiempo bajo la influencia de la computadora, dentro del caos organizado del ciberespacio. Y no lo lamento. Esto me alimenta.

La realidad es un enorme televisor y me dedico a cambiar de canal para evitar aburrirme. Todo ya está lotizado y sin embargo presiento que se puede encontrar un espacio nuevo. Gasa Veros me obliga a buscarlo. Puedo estar el día entero en este proceso de soñar despierto. En las noches debo escribir.

No sé a donde voy ni por qué te escribo. En algún momento Gasa Veros desaparece y respiro tranquilo. Sé que no por mucho tiempo.

Picture: Neuromancer, ballruns.

Un nuevo invierno, 8 de marzo


Al comenzar enero me quejaba porque estaba haciendo clima de verano. Poco después de salir a conocer la estación de tren en Riverdale, disgustado por lo grueso de los blue jeans, Miguel llamó para decir si no quería trabajar el domingo en el club de golf. El mundo estaba loco ¿Caminando en polo y extrañando un short? ¿Golf en los primeros días de enero?

Pero haciéndole caso a los que presagiaban malos tiempos, el invierno llegó. Ya cayeron varias nevadas y las temperaturas en estos dias siguen alrededor de los 18 F (-15 C ). Ya perdí un par de guantes y un gorro de lana en el metro (lo usual son dos pares por invierno), ya tuve que palear nieve y hielo para sacar mi auto y patinarlo de una a otra vereda. Anoche hacía demasiado frío dentro del departamento y las pístas amanecieron otra vez cubiertas de nieve. Así que podemos decir que el invierno y yo ya estamos parches. Ya estamos marzo. ¿Dónde está la primavera?

Pasando a otra cosa, no mencioné nada de mis lecturas de In Memorian de Tennyson. En la misma clase de Victorian Poetry and Poetics donde estuvimos leyendo a Matthew Arnold. Tennyson se demora diecisiete años para escribir lo que a Arnold le tomó unas cuantas líneas en Dover Beach. La decadencia de la fe, el advenimiento de una era que prometía calamidades y cambios impredecibles. In Memorian es un auto bombo a Tennyson y a su arte poética (¡Autobombo!, geniales los peruanismos). Bellísimo para los cánones de su tiempo, intragable para los de hoy. Hay líneas bellísmas. Es cierto. La reina Victoria llegó a decir que In Memorian era el segundo libro más importante escrito en la historia de la humanidad. Bueno ¡Qué diablos sabía de libros la reina! Y la Biblia es muchísima más interesante. Sólo el capítulo de Noé y sus relaciones con las hijas tiene cosas más interesantes que contar que Tennyson. No hablemos de los nuevos testamentos. Lo que deben haber sufrido los primeros escribanos tergiversando los testamentos para que todo coincida. Para borrar a María Magdalena. Ahora, leo en el New Yorker, James Cameron viene a decir que se encontró la tumba de Jesús. Con sus padres, su hermano, la Mariamne y su hijo Judah.

¿Y si no hubiera resucitado? Pues se cae todo el edificio católico. ¿Se cae? Estuve leyendo un libro que cuestiona la existencia de Dios y pone en duda a todos los que dicen que el mundo estaría peor si no fuera por la religión. No sabía que en algunas parroquias de EEUU se cantaba el Imagine de John Lennon censurando la parte Imagine NO RELIGION.

Lo que hay que escuchar.

Tuve un sueño en el que nadaba en alta mar en una corriente escandalosa, con mi hermano Nicolás. Al querer regresar encontraba un muro de alambre altísimo. Lo trepé y me lancé al otro lado, a seguir nadando. ¿Dónde se quedó Nicolás? Si hay algún psicoanalista por allí que me de la interpretación del sueño. La escena era fabulosa. He tenido un montón de sueños rarísimos por estos días. Algunos muy interesantes. El problema es que sólo recuerdo fragmentos.

Alejandra llama para quejarse que nadie la quiere sacar al cine. Prometo llevarla uno de estos días con Frances. Es muy raro que Alejandra llame siquiera a decir hola. Ayer escuché el podcast de Poetry magazine y había un poema interesante (pero no creo que tan bueno como lo pintaban, sobre el Report to the Academy de Kafka. Tengo que leer a John Ashbery, he escuchado su nombre bastante en las últimas semanas. Tengo que empezar a leer el libro de una nigeriana para la clase de Literatura anglófona en el mundo, tengo que terminar el ensayo sobre Neuromancer, tengo que hacer un comic para una antología del comic peruano, tengo que mandarle un ensayo para Hueso a Don Abelardo. Tengo que mandar una lista de los mejores prosistas peruanos. Tengo que hacer algo con mis libros. ¿Ponerlos en un storage, por mientras?

Toby nos mira en la mañana desde la alfombra, contrito, silencioso y con las orejas congeladas. Como decía al principio, el invierno y yo ya estamos parches. ¿Dónde carajos está la primavera?

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