Resulta complicado hacer que entren todas las puertas en la boca del lente. No es sencillo captar la sensibilidad de estos portales color puesta de sol, color fruta de Palpa. Pero lo intento.
He llegado pasadas las 12 y la luz del sol ayuda. Pero hay mucha gente, mucho ruido. Es una feria interminable, muchachas y muchachos, criaturas, adefesios, viejos de lentes que se contraen, digitales, tres pies, fueras de foco, turistas, chinitas que no se mueven, viejas asustadas, fascinadas, atletas que corren entre la gente respirando por la boca. He tomado 15 fotos. De ellas he escogido ocho. Creo que las mejores. Me parece que tengo que revisarlas, ver el paso del tiempo por los colores, las texturas, las formas. Opino que una capa de nieve le ha de dar el tono adecuado.
Annerys llega pasada la 1 y marchamos hacia la pista de patinaje, hacia el lago descongelado, hacia los senderos azafranados.
Siento como nunca que es domingo. Terminamos de marchar por el parque y nos dirigimos hacia las calles atestadas de Chinatown, al encuentro con los dragones que celebran con New York la llegada del gallo, pero los monstruos han desaparecido con la llegada de la tarde y solo encontramos restaurantes repletos. Luego del almuerzo unos postres mirando Canal St. y conversamos de banalidades: de ella, de su padre atrapado por la diabetis y el paro antes de morir, de sus gritos de «Linda» cuando llegaba del trabajo, de los libros en forma de guiones que piensa escribir al retornar de Valencia.
Nueva York forja el caracter. Ella ha descubierto la solidaridad de los parientes entre las calles de la isla y el significado del hambre. Ella ha descubierto que es mucho mas fuerte que lo que que pensaba y en eso podemos compararla con Elisa.
Aunque la paradoja indica que la dificultad es mayor de acuerdo a lo que tuviste, y ella lo tuvo todo. Tal vez no una adolescencia feliz, tal vez quitaría esas frustrantes reprimendas, ese control total de los padres, esas faldas hasta debajo de la rodilla, esa imposibilidad de subirse a una bicicleta para no mostrar los muslos…Pudo haberse convertido en prostituta, me lo dice.
El primo lindo de Santo Domingo, el de los ojos verdes, ya no se ha de casar con ella, porque ha encontrado a su príncipe en San Juan. Tal vez Annerys, regresando de Europa consiga lo que quiere, tal vez maduren sus ojos negros y la mujer-alacrán decida su futuro entre las constelaciones orientales.
Tal vez divagaremos sobre estos asuntos nuevamente. Hoy día fue entre las puertas del parque, las azafranadas. Pero en el futuro, lo haremos cruzando los portales imaginarios, las puertas interminables que se nos cierran y se nos abren en esta ciudad de alucinantes vidas paralelas.