El Speedy es una esquina tranquila, con ventana a Herald Square. Szidonia nació en Rumania pero sus padres son húngaros y por lo tanto considera ésa como su primera lengua. La idea era tomarnos un café y charlar un poco. La charla felizmente ha sido muy interesante y la hemos prolongado con un largo paseo hasta la parada de West 4 y el mismo tren hacia Brooklyn. Su madre le escribe cartas de amor a las flores. Szidonia dicta tres clases en BMCC, y espera que la contraten en el departmento de inglés en Lehman, este verano. Dice que le gusta la idea que yo sea su maestro de tennis, y que una vez que los dos tengamos tiempo podemos cruzar el Hudson a nado. Nunca ha ido a ver la fiesta del árbol de las cerezas en el Brooklyn Botanical Garden, ni ha celebrado el ritual del picnic sobre el parque central ni las visitas al paisaje del lago en Prospect Park.
En fin que ha sido una tarde muy grata. He empezado a leer La Odisea y ya he pasado la parte en que el hijo de Odiseo relata sus desventuras a Menelao y recibe nuevas sobre su padre. En mi vuelta por el Barnes and Noble he conseguido el Museo, escrito a dos manos entre Borges y Bioy Casares, y tras la vueltecita por Strand, el librito que hace una semana quise comprarme, y no lo hice, -felizmente pues ahora he pagado la mitad del precio-, sobre los tesoros encontrados en las excavaciones de Troya. He terminado Pride and Prejudice antes de encontrarme con Szidonia y he quedado satisfecho con el final de telenovela. Austen cumple 21 poco antes de terminarla. Ame cumple 33 el 10 de Abril y Ivy en estos momentos de debe estar yendo si ya no se fue, por la base 4.
Me dicen todos en Lima que se van a Tanaka. A Caro se le escucha tranquila, pero me imagino que le duele mucho. Paloma dice que no me preocupe de nada, que lo deje todo en sus manos… Todos esperan que se duche Nicolás, todo sigue igual, como en los viejos tiempos.