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Claudia Cardinale

 

Qué bello nombre que tiene Claudia Cardinale. Le cedo con gusto la estación y el pueblo y el agua, pero no a las criaturas que tiemblan porque el asesino Fonda-Frank, quiere hacerle un trabajo mal hecho a Morton, el tipo de los ferrocarriles, que Lafayette aniquila pero muere por ello al borde del escape. «Vete, ¡No quiero que me mires morir, Armónica!» Henry Fonda adivina el momento cuando le hunden en la boca el aparato y expira con la ultima nota, rcordando los intensos ojos verdes de ese chiquillo que puso a los pies de su hermano ahorcado. Claudia Cardinale, llega para desnudarla, pero el único que la ama es el pelirrojo de Irlanda, aunque Frank descubre su secreto y sólo él la consigue poseer, su regalo antes de morir? Charles Bronson en su mejor papel y esa nota falsa de la armónica, llamando a los lobos, disparando al rifle que asoma por el cartel que asoma sobre la avenida de este pueblo armado en Cinecitta, o en estas tierras de los indios apaches, donde Leone en 1968 jugaba a los vaqueros, con tan buena suerte que consigue escribir una epopeya (¡La cinturita de la Cardinale!)

Ali: Angst, que come el alma. Es una historia de amor, con sus acortonados personajes llenos de hipocresía, no va a funcionar pero qué importa, baile la canción del gitano abuela de Marruecos y abrácelo a su extranjero que ha venido a trabajar sin entenderse demasiado bien, pues solo necesita el cous-cous para ser feliz. Eso y ella, la abuela, que lo mira desnudo en la ducha y le halaga la belleza y la fuerza y sirve de envidia con las colegas de la limpieza. Ali es como un robot en busca de la felicidad, sufre de estrés, eso sí, pues da mucho estrés ser el negro en esta sociedad de blancos, claro que Ali no es negro, pero lo suficiente oscuro para que no le vendan la margarina Libelle, y lo odien los hijos de la viuda Kurowski, y las vecinas. Felizmente el mundo cambia aceleradamente Kurowski, y el casero, los policias, de pelo largo, entienden el drama, no les interesa tanto el color, ellos se han de mezclar con gusto, igual.
Al final Yimou, que no menciona a Rashomon y sin embargo copia descaradamente, o al menos inventa, sin embargo se le perdona porque la forma de realizar la historia es preciosa, detallista, enorme en todos sus papeles, Jet Li, y las actrices chinas y la escena en el lago como espejo y la pelea mental con el sonido de las cuerdas para demostrar al final que China se sigue llamando: Our Land, gracias a este emperador que consigue unificar los siete reinos, desde Quin. Y la lluvia de flechas en la escuela de caligrafia, y la pelea entre las hojas secas.

He caminado hasta la estación de White Plains (¿50 mins?) tengo el libro de Terry Eagleton Teoría literaria. Me he empapado llegando a Brooklyn. Agradezco que la amenaza de lluvia haya permitido un sábado ligero sin muchos carros.