Han ofrecido lluvia y se puede malograr el paseo programado para hoy con mis alumnas de fotografía al Botanical Garden. Pero no llueve sino hasta que todos estamos guarecidos en la cafeta del parque, con café caliente y sandwiches. Tal vez las mejores fotos estaban en el Ross Garden, sin embargo las rosas marchitas no han sobrevivido bien a la falta de agua…Lisa me ha seguido por el Rock Garden y hemos conseguido fotos del sapito sacando su cara del charco. Isis me ha llevado hasta Manhatan con diez minutos de retraso, pero felizmente Steve Sheppard me ha dejado en la caseta de la entrada el ticket para entrar gratis al concierto de Byrne. David Byrne es extraordinario, con la orquesta tras él, los violines imitando el sonido de un tema chino, las letras hablando de relaciones felices e infelices, de ella que solo le hace el amor a Byrne. En el estrado, Stephen parece un tipo de 15, grita más que todos, emocionado. Recuerdo que una vez me dijo que  «él era un sobreviviente». Ciertamente, hace todo lo que necesita porque sabe que la vida se puede ir en un instante. He llegado al depa de Elisa con el tiempo justo para comerme las machas finales del plato y salir caminando a celebrar el cumple de Patricia Iranzo que como buena valenciana ha pagado por todo. Le he llevado de regalo un disco doble de Talking Heads, que ojalá me preste para meterlo al iPod.Comemos en una heladeria de la calle McDougal (café Dante) yo pido un sandwich de berenjena pero ellas piden helados. El primo de Patricia, profesor del colegio de la ONU y de griego, dice que se ha propuesto leer best sellers mientras está en Manhattan y no le ha ido mal, se ha divertido. Dice que The Devil Wears Prada está bien, lo cual yo sigo sin creérmelo. Cuando se ha ido el primo hemos ido con Patricia y Elisa a un barcito donde tocaba un guitarrista boricua. Bonito ambiente pero nada especial, sigo mi camino para el Bronx, ha sido un día largo y provechoso.