Una de mis experiencias más frustrantes con los idiomas sucedió en Frankfurt en 1999. Estuve, durante varios días, rodeado de una familia y amigos alemanes que conversaban y reían sin que yo pudiera entender una pizca de su conversación.
Así que mi reciente viaje ha sido una cura de humildad. Ese tipo de situaciones han abundado. Esta vez no estaba solo, y aquel detalle hizo la experiencia mucho más llevadera (porque incluso en la ignorancia podía burlarme de ella con mi esposa); de todos modos, entre esas voces que nos hablaban en húngaro, en checo, en sueco, en esloveno y en alemán, me sentí muchas veces en la misma desconsolada situación de hace 13 años en Frankfurt.
El cariño de la checa Alena –mi amiga de estudios en Nueva York y (después de este viaje) para toda la vida– por el escritor y ex presidente Vaclav Havel; me llevó a comprar el libro de memorias To The Castle and Back, que comencé a leer en Praga, seguí leyéndolo en Europa y cuyas casi 400 páginas recién estoy terminando de leer acá en Nueva York. Este libro de Havel me ha permitido comprender mejor todo lo que vi y escuché sobre la sociedad, la política y los checos.
Vaclav Havel –murió hace unos meses pero su salud delicada (empeorada por una neumonía de los cinco años que pasó encerrado como preso político) ya pronosticaba su muerte desde hace una década–esclarece los pedacitos de información que obtuve durante mi visita a Praga; y me permite entender mejor aquello que leí o escuché sobre la «Revolución de terciopelo», las mil y una renovaciones del Castillo; el apogeo y decadencia del comunismo; y las tensas relaciones de los checos con los alemanes, los estadounidenses y los eslovacos.
Havel, salta de una década a otra, de sus épocas como disidente a sus 12 años como presidente, de un hecho histórico a un chisme de actualidad, del Castillo a una biblioteca en Washington DC; para darnos un panorama general del período que le tocó vivir y del país que dirigió: una nación que abrazaba los valores occidentales europeos después de muchas décadas de opresión comunista.
Burlándose de sí mismo y de quienes lo acompañaron en su aventura como presidente; y respondiendo preguntas que él mismo ha seleccionado, Havel nos informa sobre sus enemigos y su relación con la prensa; acerca de sus romances y la difícil situación de su primera dama tras la muerte de su primera esposa; los primeros acercamientos a NATO y la Comunidad Europea; los pasos que se tomaron para disolver el Pacto de Varsovia; sus reuniones con Gorbachov, Yeltsin, Bush, el Dalai Lama, los Rolling Stone, con sus amigos intelectuales de toda la vida; y con los nuevos políticos acomodados al poder y encargados de desprestigiarlo.
Durante todo el libro, Havel, quien hasta 1989 sólo había sido un famoso dramaturgo, intelectual y disidente; se nos presenta como un personaje un poco abrumado por las responsabilidades de su cargo pero siempre consciente de su importante y un tanto inesperado papel histórico ( tras la dimisión de los comunistas, sus partidarios le dieron 24 horas para que aceptara ser candidato a la presidencia) y del rol que jugó como símbolo de la República Checa hasta los años previos a su muerte.