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The New York Street

Un blog lleno de historias

fecha

20 febrero, 2011

Procedo

A corregir tu nombre
Tus leves, crueles
Pozos de selva, olivos encantados.
Negros ojos que remiten
Que parece que transan.
Enredo mi manos, húmedas, eléctricas.

Lloramos como enrevesados
Sin entendernos poco ni mucho
Procedo a corregir tu nombre
Como si pudiera explicar
Por qué cierro tus párpados
Por qué quiero besarlos

Peekskill, 19.02.2011

Creo

Que todo va a estallar en círculos
Una llama gigante envolverá a este tren
En este instante.

No pasa nada.

Circulo. Sobre la plataforma desgastada.
Recordando el ocio perfecto.
Siento mis manos, pegajosas.
Mis ojos tan débiles, quizás enfermos.
Se abre la puerta y penetra la magia:

«Soy la mujer más bella del mundo»
Y yo no puedo creerlo.
Todos los demás son tan feos.

(Sostenme Carlitos Williams)
Yo sonrío con el libro a medio metro.
Ella tiene los ojos muy cansados.
Quizás enfermos.

¿Es bella en realidad?
No es la más bella del mundo.
Pero tiene razón:
Me veo detenido en ese rugido.
«Yo tuve diecinueve abortos».
Definitivo: son sus ojos.

Si la vieras.

Venimos de dos mundos distintos
En el nuestro no se grita aquello.
Luces de plástico celebrando tu
Frente arrugada. Aire caliente enfriando
Mi emoción

(Carlitos Williams. Creo saber a qué te refieres)

«Es un libro que deben de leer
Todos los que quieran la literatura»
Ejercicio de imaginaciones,
Con un pie llegando al invierno.
Con el otro en Lima.

(¿Y a dónde más iban a huir, Billy?)

Salgo de la estación.
Entre los caníbales del Barrio Chino
Las carteras perfectas
Muchos ojos azules encima
Niebla, paseo de gente sacudida.

Caminas erguida entre la ropa
«Agáchate para verte mejor,
Espérate que acomodo la cámara»
Yo aburrido de tenerte ganas.
Y tu sonrisa dice tanto
De tu forma de besar.

Y tú con ni puta idea de lo que he estado pensando.
Nada.
«¿Cómo has estado?»
«Te he extrañado, baby»

Otra ves me sonríes mirando a la cámara
Tal vez tengas toda la razón
Tal vez seamos todos feos
Estemos todos percudidos, víctimas de la grasa.
Habrá que esperar hasta Navidad
Para ver lo que nos traigan las hadas
Entre los radares y parábolas de un país atrasado.

«Que haya venido a sacrificarse
Me parece tan parroquiano…»

Y el yate empieza su carrera
Se despierta Molly en su cofre cibernético
«Bienvenidos al desierto de lo inmoral»
Saca un número, me mira a los ojos otra vez
Y me dice:
Tú no eres el elegido

¿Quién se lo dirá a Morfeo?

Peekskill, 19.2.2011

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