Cosas que recuerdo de Strand (18 miles of books):
1.Encontrar una primera edición de un libro de Richard Burton (y comprármelo a precio huevo)
2.Hallar la edición de Anábasis, la segunda traducción de T.S. Eliot
3.Leer las notas al Génesis de la edición original de la Biblia de Jerusalem y las menciones a los cíclopes.
4.Los libros de la Historia de la religión, El mito del eterno retorno y los diarios personales de Eliade
5.Todos los ensayos de Ezra Pound
6.The Western Canon de Harold Bloom
7.La biografía de Oscar Wilde
8.Buscar libros de drama griego y encontrar una edición traducida de los Comentarios Reales
9.Los versos de Yates
10.Los dramas de Shakespeare
11.La colección de la Everyman Library
12.Los ensayos de Montaigne en tapa dura
13.Los libros Taschen a 10 dólares (Fotografía siglo XX, Iconos del siglo xx, Forbidden Erotica)
14.Las mujeres entre los libros
15.Sobre las escaleras buscando entre los libros pegados al techo
16.Las miradas
17.Los laberintos del sótano
18.Las horas.
19.Un libro sobre la historia del blues por Robert Crumb
20.Los ensayos de E.B. White, recomendados por Iwasaki
21. Un libro viejísimo de Joseph Conrad
He leído más en los Barnes and Noble. De aquellas librerías tengo recuerdos más placenteros (de labios, de sonrisas, de escotes, de caminatas de atardecer, entre las sillas de alguna presentación). Tengo además el autógrafo de Zadie Smith, el de James Ivory, el buen trazo de la firma de Art Spiegelman y la de Frank Miller en Sin City.
Además, he escrito cosas importantes pegado a las ventanas de Broadway. El ambiente espacioso y moderno de B & N se presta más para la lectura que los atestados pasillos, los estrechos pasadizos y el excesivo calor de los locales de Strand.
Sin embargo, me sucede algo difícil de explicar. De los Barnes and Noble recuerdo el placentero silencio de mi lectura. Entre los libros viejos de Strand, siempre me parece estar escuchando una prolongada conversación.