Sobre la primera
No son las cuarenta bocas las que llaman mi atención
Sino la boca en una cámara oscura
La boca que juraba amor
Entre las rocas.
Son los pechos de ella los que tiemblan
Atrapados en el tiempo, entre mis dedos
Su cabello entrenado para caer /Frente a la luz reflejada en el mar,
Sus ojos preparados/ Para jurar.
Son sus pisadas en la madrugada
Son los días en que despintábamos las cenizas/ De nuestra pobreza
(¡A quién le importaba entonces la pobreza!)
Son sus manos frágiles y
Mis besos, camino a su cuello
Son las súplicas a la noche/ El silencio
El despertar a solas.
Son las miradas de fracaso /Las lágrimas impotentes
La furia de los desentrenados
De quienes no saben caer.
Esa mujer siempre vuelve/ En noches de frío
Ella es la boca, que lejos de aquí, sigue su camino
Mis noches llevan su marca/ Y algunos de mis días
Aún tienen el destino trastornado
Por aquellos labios
Que nunca pude besar.
El libro de las hazañas
Quisiera inventar esos seres desde la nada
Crearlos.
Palabras que se amontonan en feliz deseo
Sin embargo, presto a escribirlas, rehúsan.
Es tan sencillo crear seres imaginarios
Tan difícil hacérselos ver.
Páginas ya escritas de mundos y gentes.
De hazañas.
Hazaña Uno
Rebuscando entre la ropa vieja, Fesso descubre
Una historia.
A Fasso le interesa el movimiento que lo involucre
Por eso le disgustan los avances, no se siente a
Gusto cuando el universo continúa por su costado
*
Dios es uno solo. Eso todos lo saben
Es cosa de magia pensar en crearlo a él
A sus barbas largas
A sus truenos.
*
Guerreros marchando sobre los senderos polvorientos
*
Mujeres rezando
**
Los rezos vuelan perpendicularmente al suelo y
Llegan velozmente a los oídos de Dios…Él es
Quien les da crédito, los juzga y los evalúa.
No hay cómo estar seguros si un buen rezo basta.
Tantas oraciones que escuchar
Rezos que leer…Dios se cansa.
Paz para los difuntos (Esa es fácil de atender).
No creo en la vida eterna.
Vivir y morir es la vida eterna. Toda cambia
Y se transforma.
Estoy seguro de que ya hemos pensado en
Eso.
Él come pescado. No sabemos si le gusta
Bien sazonado.
Fresco sí, nunca congelado.
Ella está un poco jodida. Las típicas
Complicaciones de la casa: listas de comidas,
Planes de vacaciones. Dedicarle tiempo a
No estar aburrida.
**
Aburrirse frente a un buen libro
Es sumamente difícil.
No imposible.
Hay que cargar siempre dos.
Uno tiene que ser La Odisea.
**
Dios pone el pescado en la fuente
Y lo cubre de limón.
No sé si lee los periódicos por la tarde
Diosa está cansada. La suya no es una
Vida cómoda.
La luz de su ventana es como la de
Nueva York. Perfecta.
Su casa tiene aire acondicionado. Así
Prefieren las ventanas bien abiertas,
Las cortinas recogidas.
Hay un sofá muy bonito en la sala
No es un sofá cama.
El cebiche se come sin música, en silencio.
A Dios le agrada chuparse los dedos
Diosa prefiere limpiarse la boca con
Servilletas de tela.
Hazaña dos
Matar.
Tema complicado.
¿Mata Dios?
“Y su veneno se extiende y todo lo corrompe”.
Dios no mata.
Cómo se les ocurre.
**
Un periódico extendido sobre el cuerpo
Del difunto.
Página de culturales.
Matar en la oscuridad, en defensa
Sin saber dónde enterramos el cuchillo.
Volar en pedacitos.
Fusilar.
Dejar que se muera.
**
¿Pero a quién le puede interesar la
Muerte?
(En estos tiempos)
Piensa Él,
Barbón.
¿Come Dios pollo a la brasa?
Sí.
Algunas veces, los domingos. Otras, los sábados.
Sentarse, para Él, resulta difícil
Porque es muy grande.
Un gran dios
Que sólo cabe a gusto en su trono.
¿Va al baño?
Claro. De vez en cuando.
¿Nos ama?
Quién sabe, señor
No sé si a mi me ama
Pero me comprende.
Hazaña cinco
No toma las grandes decisiones
En su trono.
Prefiere la comodidad del sofá
Y la buena luz.
Diosa lo acompaña la mayor
Parte del tiempo.
Cuando no se halla ocupada
En otras cosas.
A Diosa también le gusta leer:
Jane Austen, Middlemarch, Crimen y Castigo.
Se equivocan si creen que le gusta
La Biblia.
Una vez Dios se puso a averiguar
Cómo se escribió La Biblia.
Dedicó bastante tiempo (demasiado)
A elaborar una relación de hechos
De personas.
Como suponen, antes le divertían las invenciones
Ya no tanto.
Memoria
Cómo ardieron mis entrañas
Al conocer a Iago
Beber
No hay mejor manera de vivir
Que con respeto a Dios.
Creyendo en la gracia del vino
Y en la santidad de los muslos blancos.
También se puede pecar de seriedad.
Porque no quiero morir en pecado, Dionisio
Creo en tí Señor.
Y en la salud de Dios.
Sobre las dietas
La primera marca de lentejas grandes
En el camino oscuro
En la olla una misión:
Servir doble ración, lamer
Y en la lengua encontrar la vida
Y en la panza pura el secreto
No hay por qué caminar
Ni donde buscar zapatillas
Los kilos vienen de Dios y han de volver
El vientre es la fuente y la semilla
De la larga felicidad.
Hablando con Trapiello
Entonces hay poetas que nos enseñan
Cómo amar
Y versos que nos ayudan a contemplar
La lluvia.
Poemas que nos corrigen los cielos naranjas
Y las estrellas
Y poetas que nos explican
El infinito
Entonces hay poemas
Con la única llave hacia otros mundos:
El de los sueños de Coleridge
El de la fiebre de Vallejo
Homero, luz de Virgilio
Guia de Dante
Maestro de Eliot y de Pound
Quien señaló los poemas a Williams,
Autor de Paterson,
Entonces, leo Paterson
Vereda de Manhattan
Ciego, camino
Sobre una vereda
De la isla.
Y
Mi
bastón
es
la
vara
con
que
Abro
la
ciudad.
Y mis memorias
Regresan con las fragancias y los ruidos.
Solo caigo vertical en la tristeza
Y de rabia de intensidad mi llanto anciano
Si me dices bastón:
Sobre las gradas
Que golpeo
En
la
cima
a
la
que
no
he
de
ir,
se
alza
el Met.
Y sus colores negados,
Llenan de mar
Mis ojos.
Latín
Ciudadanos;
Doctores:
Su lengua dulce la pronuncia
La muchacha de las trenzas largas.
Su música se mezcla con la luz
Que llega
Entre los edificios.
Y le agrega nobleza
A su presencia.
Quintus,
Gracias a ella, esta mañana de silencio,
Escuchamos tu voz.
Sobre Poussin
Es de luz en una calle del Village
Buses blancos y azules, signos rojos
El ruido de los pasos
Mis pasos, tus pasos, sus pasos
Gente que despierta
Gente que camina.
Ella cruza la calle
(La de la brisa)
Entre autos que lentamente
Se entrelazan y se despeinan.
Cuando del trozo de metal un trueno enfermo
Que nacido en el cemento cruza su cuello
Y tuerce sus dientes.
Es el mismo día
Una calle del Village
Buses blancos y azules, luz que cruza
Ella está muerta.
[Y sigue el ruido de mis pasos, de tus pasos
De gente que despierta,
Y camina.]
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